Pese los efectos de las altas temperaturas que prevalece en el país, Yucatán es una de las seis entidades federativas en la que hasta el momento carece de personas con golpe de calor, deshidrataciones o quemaduras causadas por el Sol, reveló la Secretaría de Salud federal.
La temporada de calor inició en esta semana epidemiológica, la número 12, y en lo que va del año, en la República Mexicana se han notificado 343 casos de personas con daños a la salud asociados a las altas temperaturas, distribuidos en 26 estados.
La mayor problemática prevalece en Tabasco, con 64 casos de “Efectos del calor y de la luz”, seguido del Estado de México, con 55 afectados, y Veracruz con 35.
Hasta el momento, no hay caso alguno de golpe de calor, deshidratación o quemaduras en Durango, Morelos, Nayarit, Quintana Roo, San Luis Potosí y Yucatán, mientras que con un caso está Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche y Colima.
De acuerdo con la Dirección General de Epidemiología (DGE), durante la actual temporada, el calor extremo es un peligro (debido al cambio climático) que ha aumentado durante los últimos años en frecuencia, intensidad y duración. Esto a su vez, se emporan con procesos naturales y efectos producidos por las actividades humanas en el medio ambiente, como el estancamiento del aire y la contaminación del aire.
Ante un evento excesivo de carga térmica, las personas que no se encuentran aclimatadas sufren diversos trastornos por el calor. Las ondas cálidas incrementan la mortalidad, con énfasis entre los ancianos, pobres y personas que carecen de una alimentación adecuada y acceso a ambientes con aire acondicionado.
En este contexto, las enfermedades causadas por calor engloban una serie de trastornos que van desde el síncope, calambres musculares y agotamiento por calor, hasta urgencias médicas como golpe de calor. Respecto a la temperatura corporal, se ha demostrado que una hipertermia por arriba de 41 a 43°C el organismo presenta disfunción de múltiples órganos.
A continuación, se describirán las tres patologías de vigilancia epidemiológica a fin de poder diferenciar cada una de ellas y bridar un mejor manejo al paciente.