La zona arqueológica de Chacmultún permaneció en el olvido durante tres décadas, pero ahora, nuevamente demostrará la importancia que una vez tuvo al ser una ciudad precolombina ubicada en los límites de la región Puuc, pues cuenta con una arquitectura y pintura mural que la hace única así como singular.
La investigadora del Instituto Nacional de antropología e Historia (INAH) – Yucatán, Lourdes Toscano Hernández, destacó la importancia del sitio, al mismo tiempo se constató que el asentamiento prehispánico está formado por varios conjuntos arquitectónicos cuyo rasgo característico es que fueron levantados aprovechando los cerros que caracterizan al Puuc.
Indicó que en esta ciudad maya están prácticamente ausente los mascarones de Chaac, dios de la lluvia, o de Uitz, como se ve en otros sitios, como Uxmal, Kabah, Labná y Sayil.
“No hay tantos mascarones, posiblemente porque Chacmultún marcaría una frontera, un límite de la región Puuc”, acotó la especialista.
Remarcó que el mascarón de la deidad de lluvia es uno de los íconos más importantes, “por eso llama la atención la ausencia y no porque sea un desarrollo temprano o tardío, ya que en el sitio hay otras representaciones como son los junquillos o casas de paja, que son comunes en la región”.
“En la arquitectura prehispánica, lo que hoy es una decoración, antes eran discursos de la clase gobernante, que enviaba a una sociedad iletradas, la cual no sabían leer pero reconocían el ícono”, subrayó.
Al mismo tiempo, lo que lo hace peculiar al sitio es que conserva una pintura mural, que muestra una escena bélica.
Enunció que diversos investigadores han estudiado la pintura mural, en el caso de Josep Ligorred identificó el lugar y aseveró que es una representación del Codz Pop de Kabah, mientras que otros afirman que es una escena de guerra en un ambiente urbano.
Incluso, Eduardo Tejeda Monroy realizó el estudio “Los murales de Chichén Itzá, Chacmultún, Ichmac y Mulchic. Implicaciones sobre la beligerancia maya en el Clásico tardío-terminal (600-1000 d.C.)”.
Toscano Hernández expresó que otro de los atractivos que lo hacen único del Puuc, es el uso de los cerros que conforman la sierrita del Puuc.
En algunos lugares, los cerros sería un obstáculo para la urbanización del territorio, por en Chacmultún se utilizaron de manera magistral y así se tiene tres de los principales grupos del sitio, tal el caso del Chacmultún, el Xethpol y el Cabalpac.
Por ende, sea crea un ambiente construido en diferentes niveles, cuyo núcleo del asentamiento es de cerca de un kilómetro cuadrado, el cual está rodeado por una gran cantidad de viviendas de distintos tamaños y tipos.
Es cuanto a la cronología de la zona de monumentos históricos, indicó que es similar al grupo del Puuc, por lo que data de preclásico superior (300 aC), aunque la evidencia es escasa, ya que sólo se han encontrado algunos tiestos cerámicos, y el siguiente movimiento se da en el clásico terminal, (650 dC-1000 dC).
Recordó que en la década de los 90s, del siglo pasado, cuando se excavó en el Juego de Pelota y en El Palacio se encontraron instrumentos que sirven para machacar la corteza de los árboles y hacer papel
De tal manera, surgió la propuesta de que en El Palacio, a pesar que era un espacio de élite, había una unidad de producción especializada de papel.
Expresó que el conjunto más importante es el llamado Grupo Chacmultún, en el se localizan dos de las construcciones más notables del sitio: el Edificio de las Pinturas y el Palacio.
Aclaró que en el Palacio es la estructura más grande del sitio y la que conserva el mayor número de elementos decorativos, como las columnas monolíticas y los sillares con formas geométricas.
Mientras que en el Edificio de las Pinturas se localizaron restos de murales con escenas en las que participan varios personajes, casi todos descalzos, con taparrabos, penachos o tocados.
Finalmente, expresó que el nombre de la relevante ciudad del oriente del Puuc significa “montículos de piedra roja”.