En México, las lesiones ocasionadas por el Virus de Papiloma Humano (VPH) se revierten con una dieta rica en vitamina A, reveló el especialista del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Patricio Gariglio Vidal.
Por ende, el estudio realizado aporta nuevas evidencias sobre importancia de una adecuada alimentación y la posibilidad de evitar el desarrollo del cáncer cervicouterino.
Comentó que alrededor de 80 por ciento de la población sexualmente activa ha contraído algún tipo de VPH, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud.
De ese porcentaje, solo algunas mujeres infectadas desarrollan cáncer cervicouterino, lo que sugiere la existencia de otros factores relacionados, además de la infección del virus, en la presencia de la enfermedad.
Una reciente investigación, encabezada por Patricio Gariglio Vidal, adscrito al Departamento de Genética y Biología Molecular del Cinvestav, aporta mayor conocimiento en torno a la importancia de una adecuada alimentación para reducir el riesgo de desarrollar cáncer de cérvix, en específico a partir de una dieta con vitamina A.
El estudio, publicado en el Journal of Pathology, Microbiology and Immunology, da cuenta sobre los beneficios del consumo de vitamina A para reducir las lesiones producidas por un tipo de VPH de alto riesgo y evitar que trasciendan en cáncer.
“A nivel mundial se ha estudiado el papel de la vitamina A como protector en diversos tipos de cáncer, pero los resultados son discordantes entre la comunidad científica, pues mientras algunos sugieren que la nutrición, en específico una dieta rica en esta vitamina, juega un papel importante contra ciertos tipos de cáncer, otros señalan que al estar involucrados más factores esos beneficios no son concluyentes”, expuso.
Ante ese panorama, la investigación del Cinvestav se propuso aclarar qué tanto el suministro de esta vitamina aporta por sí sola a la protección contra el desarrollo de cáncer cervical.
Para ello, emplearon modelos de ratones transgénicos con el oncogén E7 (equivalente a una mujer infectada con papilomavirus de alto riesgo). Estos modelos son transgénicos para el VPH tipo 16.
Explicó que a estos ratones los dividieron en grupos donde a uno le administraban dieta con vitamina A y a otro no. Además, contaron con un grupo control de ratones sin el oncogén E7 con dieta normal o carente de vitamina A.
De esta forma, los investigadores del Cinvestav pudieron observar que la gran mayoría, aproximadamente el 90 por ciento, presentaron cáncer cervical o lesiones preneoplásicas de alto grado; es decir, en camino a tener cáncer; mientras que ninguno de aquellos con vitamina A tendía a generar el padecimiento.
De hecho, en el caso de los ratones con el oncogén E7 a los que se les administró vitamina A sí presentaron lesiones, pero con tendencia a su regresión; esto significa que su sistema inmune estaba atacando correctamente la lesión, tal como acontece en muchos casos de mujeres detectadas con VPH de alto riesgo, pero no conllevan al cáncer.
Gariglio Vidal explicó que la vitamina A, al ingresar al organismo, se metaboliza en ácido retinoico, el cual al llegar al núcleo de la célula forma un complejo con sus receptores (Retinoid Acid Receptor).
Mencionó que a partir de ahí inicia una interacción con muchos genes encargados de activar mecanismos para detener el crecimiento celular o favorecen la muerte programada de células cancerígenas o apoptosis.
Es decir, la vitamina A se involucra en apagar genes relacionados al crecimiento de las células y prender aquellos que matan a las cancerígenas.
Estos resultados revelan la importancia que juega una nutrición adecuada, rica en frutas y verduras, para contener el desarrollo de ciertas enfermedades, entre ellas el cáncer cervicouterino.
Aunque, a decir del investigador del Cinvestav, existe la posibilidad de que, a pesar de un consumo adecuado de vitamina A, una persona pueda desarrollar estas neoplasias debido a una mutación o baja expresión del receptor de esta vitamina que evite regular a los genes relacionados con la muerte o control del crecimiento celular.
“A eso nos referimos cuando mencionamos que el cáncer cervicouterino es multifactorial, pero esta investigación indica que una gran mayoría de mujeres con buena alimentación van a tener sistema inmune estable con mecanismos adecuados para que, en caso de ser infectadas con VPH de alto riesgo, contengan y reviertan la lesión y no desarrollen cáncer”, concluyó.


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