Martes 6 de mayo de 2025.- En tan sólo cinco meses, en México se han detectado 869 bovinos infectados con el Gusano Barrenador del Ganado (GBG), de los cuales, el 15.3 por ciento son de la Península de Yucatán, así como también dos personas con miasis cutánea, infección parasitaria provocada por dicho organismo, ambos de Chiapas, coincidieron las secretarías de Salud federal y la de Ganadería y Desarrollo Rural (Sader).
La enfermedad del GBG fue un problema en México hasta 1991, año en que se declaró libre de la plaga a los estados de Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Incluso, el 9 de septiembre de 2003, se declaró libre al estado de Chiapas
Sin embargo, el 23 de noviembre de 2024, la Sader notificó a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) el primer caso confirmado de GBG en un bovino de origen extranjero, interceptado en Catazajá, Chiapas.

Del 21 de noviembre de 2024 al 18 de abril de 2025, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) ha confirmado 869 casos en animales.
Detalló que del total de casos, 487 son de Chiapas, el 56.04 por ciento; 249 en Tabasco, el 28.65 por ciento; 116 en Campeche, el 13.35 por ciento: 13 en Quintana Roo, el 1.5 por ciento, y cuatro en Yucatán, el 0.46 porcentual.

Posteriormente, el 15 y 25 de abril pasado, en Chiapas se notificaron dos casos probables de miasis no especificada, tal el caso de un paciente femenino de 77 años, de Acacoyagua, y un paciente masculino de 50 años, de Tuzantán.
La miasis cutánea es una infestación parasitaria de la piel ocasionada por las larvas de hominivorax Cochliomyia, una mosca de color verde azulado, con un tamaño que oscila entre 10 y 15 mm.
Asimismo, su estadio larval, conocido como GBG, es un parásito obligado que exhibe un tropismo por los tejidos de animales de sangre caliente, incluyendo al ser humano.

La actividad depredadora de las larvas sobre la piel y los tejidos subyacentes del huésped conduce a una condición denominada miasis traumática, la cual puede cursar con una elevada morbimortalidad.
La adquisición de la infección se produce habitualmente en sitios con soluciones de continuidad previas, ya sean de origen accidental o iatrogénico (asociadas a prácticas ganaderas); sin embargo, también se ha documentado la afectación de las membranas mucosas de los orificios corporales naturales.