Pese la disminución de la presencia del Mal de Chagas en Yucatán, durante 2024 se ubicó entre las seis entidades con mayor incidencia de esta “enfermedad de la pobreza” transmitida por el “pic”, reveló la Secretaría de Salud federal.
Incluso, esta enfermedad olvidada tiene una composición diferente en la Península, dado el crecimiento ocurrido en Campeche, y un decremento en Quintana Roo.
El vector de la enfermedad de Chagas es la chinche besucona o en maya “pic”, y hasta el momento no existen tratamientos efectivos ni vacunas aprobadas, y son diversos los estudios que se realizan, tanto por especialistas de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), como del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM), y el Centro de Investigación y de Estadios Avanzados (Cinvestav).


Durante 2024, en el país se detectaron 779 casos de esta “enfermedad rezagada”, con una disminución del 21.31 por ciento, con respecto al año anterior, cuya suma fue de 990 infectados.
La mayor problemática de esta patología tropical desatendida fue en Veracruz, con 130 contagiados, el 16.69 por ciento, seguido de Oaxaca, con 75 infectados, el 9.24 por ciento, Tamaulipas, con 51 enfermos, el 6.55 por ciento, Ciudad de México e Hidalgo, con 45 positivos, el 5.78 porcentual.
Mientras que con un afectado con el parásito Trypanosoma cruzi, causante de la enfermedad de Chagas, está Chihuahua y Durango, con dos hospitalizados quedó Baja California y Sonora, y con tres pacientes, Colima.


Yucatán quedó en la sexta ubicación, con 44 aquejados, el 5.65 por ciento, cifra que fue 16.98 por ciento inferior a la registrada en 2023, cuyo acumulado fue de 53.
En Campeche aumentó en 66.67 por ciento, al pasar de tres a cinco diagnosticados, y en Quintana Roo bajó el 7.69 porcentual, pues en 2023 fueron 13 los detectados y al año siguiente fue de 12.
El mal de Chagas o tripanosomiasis es causado por un protozoario microscópico transmitido por una chinche en los ecosistemas tropicales del continente americano, acotó.


Actualmente, sólo existen dos medicamentos disponibles con efectos secundarios, y se carece de una vacuna.
El padecimiento en su forma crónica ocasiona daños en los órganos internos de los infectados, así como lesiones irreversibles en el corazón, que dan lugar a una alta incidencia de infartos fulminantes.

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