Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) presentan una ligera disminución en la Península de Yucatán, en comparación con 2023, por lo que la población ha mejorado sus hábitos nutricionales, reveló la Secretaría de Salud federal.
En las tres entidades que conforman la región hay un decremento en la desnutrición y en la obesidad, sin embargo, en Campeche, Quintana Roo y Yucatán hay un alza en la anorexia y bulimia.
Con motivo del día internacional de la lucha contra esos padecimientos, que se conmemora el 30 de noviembre, la Península de Yucatán es una de las dos regiones con baja incidencia.
A nivel nacional, en lo que del año, en el país hay 640 mil 225 casos de Trastornos de la Nutrición, con un descenso del 17.57 por ciento con respecto al mismo período del año pasado, cuya suma fue de 776 mil 729 afectados.
Hasta el momento, en México ya se confirmaron 62 mil 206 casos de desnutrición, así como 573 mil 435 de obesidad y cuatro mil 584 de anorexia y bulimia.
Mientras que en la Península hay seis mil 144 casos de desnutrición, 13 mil 456 de obesidad así como 13 mil 899 de anorexia y bulimia.
De acuerdo con el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Eduardo Otáñez Ludick, TCA, como anorexia y bulimia, siguen siendo un tema difícil de abordar.
Tan sólo en Yucatán hay 65 casos de anorexia y bulimia, con un alza del 4.41 por ciento, pues con respecto al año anterior, el acumulado fue de 62.
Mientras que en Campeche hay un aumento del 54.17 por ciento, al pasar de 24 a 37 casos, y en Quintana Roo, el crecimiento fue del 11.9 porcentual, al pasar de 42 a 47.
Como pacientes tememos que nos digan que estamos sufriendo una enfermedad como esta, y más aún si es algo relacionado con la salud mental, debido a que persiste un estigma, resaltó.
El también psicólogo afirmó que a cualquier edad pueden presentarse, aun cuando las cifras sitúan a la mayoría de la incidencia en la población adolescente debido a los cambios sociales, psicológicos y culturales que viven, donde una cuarta parte de este sector podría verse afectado.
En torno a las denominadas conductas alimentarias de riesgo (CAR), Otáñez Ludick explicó que estas no implican que posteriormente se desarrollará un TCA, pero “sí pueden manifestar señales de alerta”.
Generalmente tienden hacia los extremos. Son, para citar un ejemplo, restricciones totales de algún alimento; o, en contraste, el exceso en el consumo de otro, como es el caso de los ultraprocesados, acotó.
Implican efectuar ayuno prolongado porque en la noche se acudirá a una reunión y se ingerirán demasiadas calorías; realizar un conteo calórico específico, además hacerlo en exceso, incluso asociarlo a trastornos de otro tipo como ejercicio excesivo.
“La mejor forma de ayudar es dejar de lado los estigmas. Hablar y conocer sobre estos padecimientos, enfrentarnos a romper nuestros propios estándares culturales. En los tiempos recientes se piensa que tener delgadez es sinónimo de tener salud, y no necesariamente; los extremos nunca serán para nada saludables”, subrayó.
Finalmente, Yucatán está en el lugar 20 de la tabla nacional de anorexia y bulimia, así como en el sitio 19 en desnutrición, con mil 176 casos, cifra que es 23.39 por ciento inferior, y en la posición 17 en obesidad, con 12 mil 658 casos, y un decremento del 19.28 porcentual.