Pese el aumento de la incidencia de morbilidad y mortalidad de cáncer de mama, en México sólo existen cerca de cuatro mil mastógrafos, cuya cobertura en 2023 fue del 35 por ciento, lo que representa la mitad del promedio recomendado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), afirmó el presidente de la Sociedad Mexicana de Mastología, Pabel Miranda Aguirre.
La problemática se complica debido al miedo, desconocimiento y el machismo para la realización de la mastografía, por lo que muchos de los casos detectados son avanzados, por lo que es mínima la posibilidad de recuperación.
En la conferencia de prensa para la presentación del Congreso Nacional de Mastología, previsto del 2 al 5 de octubre próximo, aseveró que el cáncer de mama ocupa el primer lugar nacional de incidencia en la mujer, y desafortunadamente, al año hay siete mil 600 defunciones, es decir, una fémina pierde la vida cada 70 minutos.
Por su parte, la especialista Flor Alina Tanoira Díaz agregó que en la República Mexicana hay cerca de mil 400 mastógrafos públicos, de los cuales, poco más de 50 son de Yucatán, cuya mayoría está en Mérida, así como uno en Tizimín y otros en Valladolid.


En la capital yucateca, hay equipo en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el Hospital General Escuela “Dr Agustín O’Horán”, el Centro de Salud y en el del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), así como también hay dos móviles, propiedad de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY) y del Ayuntamiento de Mérida.
Miranda Aguirre comentó que en 2020, la cobertura mastográfica fue del 20 por ciento, en 2023 aumentó al 35 por ciento, aunque la OCDE recomienda el 70 porcentual, motivo por el cual el cáncer se detecta en etapa avanzada y no hay un plazo específico para tal meta.
El cáncer de mama es un problema multifactorial, una mutación genética detectada y el 10 por ciento es de tipo hereditario. Entras las causas destaca el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y el uso prolongado de estrógenos.


Lamentó la desidia a las pruebas de mastografía, a consecuencia del miedo y el desconocimiento, y entre los numerosos pretextos destacan “me va a doler”, “mejor un me entero”, “me va a salir cáncer con la prueba” y el “me van a ver”.
En cuanto al machismo, Tanoira Díaz comentó que “en diversas comunidades de Yucatán, cuando llega el mastógrafo móvil, hay hombres que primero verifican que su pareja será atendida por personal femenino para poderla dejar a que se hagan la prueba”.
Asimismo, recomendó a las mujeres mayores de 40 años a que se hagan la respectiva prueba, ya que al diagnosticar un caso en etapa temprana, la tasa de recuperación es del 80 por ciento.
El cáncer de mama también afecta a los hombres, con el uno por ciento del total de casos, los cuales reciben un tratamiento similar, en comparación con las mujeres.

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