Pese el acelerado proceso de contaminación del manto acuífero de Yucatán, se tiene un atraso de 11 años en la protección de la Zona de Reserva Hidrogeológica Metropolitana, pues aún se trabaja en el respectivo plan de manejo, afirmó la especialista de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Julia Pacheco Ávila.
Destacó que afortunadamente, la crisis del agua no se ha sentido en la región sur-sureste, tal como ocurren en el centro del país, pues lo que agobia son las altas temperaturas.
“Hay una buena reserva del acuífero”, aseveró y ejemplificó el caso de la Planta Mérida 1, la cual “tiene una profundidad de 50 metros de agua dulce, por lo que ‘es una verdadera mina de oro azul’”.


“En Yucatán hay una crisis medioambiental debido a la contaminación, hay recursos pero son insuficientes, y el problema es cada vez más latente”, subrayó en el marco de la Jornada Universitaria por el Día Mundial del Medio Ambiente”, efectuado en el Centro Cultural Universitario.
Remarcó que en ninguna dependencia gubernamental hay una verdadera intensión de hacer una campaña de educación ambiental, en el que se privilegie las acciones que se deben de hacer para minimizar la contaminación.
La investigadora recordó que en 2013 se estableció la Zona de Reserva Hidrogeológica Metropolitana, la cual tiene una superficie de mil 313.28 hectáreas, se encuentra en el área de influencia del anillo de cenotes de Yucatán, localizada en Cuzamá, Hocabá, Seyé, Acanceh, Xocchel, Huhí, Tahmek, Hoctún, Homún, Tekit, Kantunil y Sanahcat.


Por ende, la Península de Yucatán es el acuífero de mayor recarga y el más extenso a nivel nacional, es el más vulnerable ante la contaminación, cuyo índice tiende a aumentar.
A 11 años del establecimiento de la reserva acuífera, ubicada en el sureste de Mérida, aún no se aprueba el plan de manejo, por lo que es área vulnerable a la contaminación.


Desafortunadamente, se crean reservas naturales e hídricas pero no se destinan recursos para mantenerlas, abundó Pacheco Ávila.

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