La africanización representa un problema socioeconómico y de salud pública que enfrenta la apicultura nacional, por lo que mediante la selección y mejoramiento genético se aplica un control constante para disminuir el establecimiento de los genes dominantes de las africanas sobre el de las abejas locales de origen europeo, utilizadas para la producción de miel, reveló la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
El desarrollo del sector es a través de la crianza de abejas obtiene productos como miel, jalea real, propóleo, cera y polen.
En México operan 40 criaderos en la producción de abejas reinas comerciales y productores de núcleos de abejas y tres de abejas reinas progenitoras, en los que se aplican programas de selección y mejoramiento genético y, cada seis meses, realizan procesos de certificación.
Al cierre del 2023, México produjo más de 58 mil toneladas de miel, generada por Yucatán, Campeche, Jalisco, Chiapas y Veracruz, entre otras entidades apícolas.
La dependencia federal promueve acciones de selección y mejoramiento genético para reducir los efectos negativos de la africanización de abejas europeas e incrementar la productividad del sector apícola en el país.
El proceso de la africanización consiste en el establecimiento de las características dominantes de la abeja africana (Apis mellifera scutellata) sobre las colonias de abejas locales que merman la producción de miel y otros derivados de este sector productivo, entre otros efectos, detalló.
La africanización es considerada un problema socioeconómico y de salud pública que enfrenta la apicultura, un sector dedicado a la crianza y cuidado de estos insectos y a través de éste se obtienen productos como miel, jalea real, propóleo, cera y polen, apuntó.
Al ser un problema de carácter genético, indicó, el control debe ser constante para que los genes de las africanas no sean mayores a aquellos que expresan las características de producción.
Refirió que con el comportamiento defensivo, de enjambrazón (reproducción), evasión y pillaje de las abejas africanizadas se incrementan los costos de producción hasta 30 por ciento, debido al cambio anual de abejas reina, compra de equipo de protección, manejos específicos y reubicación de apiarios, entre otros.
Además, expuso que esta situación también aumenta el número de incidentes por picadura de abejas en personas o animales y, por tanto, ocasiona malestar en la población e incita a la destrucción de apiarios y abandono de la actividad.
Desde la llegada de las abejas africanizadas a México, en 1986, el rendimiento promedio por colmena disminuyó aproximadamente 25 por ciento y la producción nacional de miel se redujo en 34 por ciento al cabo de 10 años de su introducción.
Tras los daños causados por esta especie en Sudamérica y con el fin de proteger el valor social y económico de la apicultura nacional, se estableció el Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana (Pnpcaa) en 1984, a través de un decreto presidencial, y contempla cuatro fases: prevención, contención, control y mejoramiento.
Por otra parte, la Secretaría de Agricultura informó que, bajo la supervisión de la Coordinación General de Ganadería, en el país operan 40 criaderos dedicados a la producción de abejas reinas comerciales y productores de núcleos de abejas y tres más de abejas reinas progenitoras.
Por ende, implementan programas de selección y mejoramiento genético y cada seis meses realizan procesos de certificación.
Con esta infraestructura se estima una producción anual de más de 200 mil abejas reinas seleccionadas con características favorables de docilidad, producción y control de enfermedades, que fomentan la sana convivencia de la apicultura productiva con las abejas africanizadas.
Al cierre del año pasado, México registró la producción de más de 58 mil toneladas de miel, que generaron 2.3 millones de colmenas.
Entre las principales entidades productoras de miel están Yucatán, Campeche, Jalisco, Chiapas y Veracruz, donde la apicultura es una importante fuente de ingresos y de empleos.