En México, una tercera parte de la población tiene problemas de sueño, por lo que “no descansa adecuadamente”, advirtió el coordinador del Laboratorio de Sueño y Neurociencias de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Jesús Moo Estrella.
Mientras que en Yucatán, hasta un millón de personas tendrían al menos un trastorno de sueño, debido a la modernidad y al sedentarismo que prevalece.
“Hasta el 50 por ciento de los yucatecos tienen alguna alteración o problema de sueño, tomando en cuenta que hay más de 80 trastornos”, acotó durante su participación en la XLVI Jornadas Académicas del Hospital Psiquiátrico “Yucatán”.


Expresó que en México, el problema más importante es el insomnio, seguido de la apnea del sueño y la alteración del ciclo circadiano, es decir, que duermen más tarde y tienen la necesidad de levantarse más tarde.
En el caso de los yucatecos, hay alteraciones del sueño que son particulares, la principal alteración es la apnea del sueño, que tiene que ver con el sobrepeso, que es favorable para la aparición de diversos problemas, como el ronquido y la obstrucción de la vía superior.


La apnea del sueño es un trastorno común considerado como un problema de salud pública por los daños que puede ocasionar, cuando se presenta, pues es un trastorno caracterizado porque una persona realiza una o más interrupciones en su respiración o muy superficial mientras duerme, por una menor oxigenación.
“Se trata de pausas o interrupciones que pueden durar desde algunos segundos hasta varios minutos, aunque se calcula que se llegan a realizar entre 30 veces o más por hora. La respiración vuelve a la normalidad con un ronquido fuerte o con un sonido parecido al de una persona que se atraganta”, subrayó durante la conferencia magistral “Sueño y salud mental”.


Enunció que son varios los riesgos que enfrenta un paciente con apnea del sueño, entre los más comunes, los accidentes vehiculares, laborales o domésticos, así como síntomas depresivos y/o de ansiedad, problemas de memoria, atención, concentración y enfermedades cardiovasculares.
Advirtió que la cantidad la cantidad de problemas de sueño aumenta, pero no es proporcional al número de profesional de la salud que se dediquen para atender estas necesidades, y en el caso de Yucatán, “apenas se puede contar con los dedos de una mano”.


Moo Estrella enunció que el problema del sueño se ha incrementado por diferentes factores, desde la introducción de activadores como la cafeína, la luz artificial, el internet, por lo que se puede estar 24 horas activo.
“El cerebro ya no se puede regular o sincronizar con los ciclos de luz y obscuridad o niveles de activación, además que hay factores inherentes de la conducta humana, como la necesidad o deseo de satisfacer sus condiciones, como viendo películas muy tarde, el excesivo uso de teléfonos celulares y tabletas, así como la disminución de la actividad física, impactan sobre el sueño”, abundó.


La capacidad de trabajar en la noche y el consumo de estimulantes o depresores también afectan la calidad del sueño, por lo que la modernidad y el sedentarismo son elementos importantes que explica como afecta el cerebro y el impacto del sueño que se tiene.
Recomendó el dormir ocho horas, sobre todo, aprovechando la noche, pues “en 500 millones de años de historia evolutivo y filogenética, el cerebro se desarrolló con base a la luz y la obscuridad, por lo que es más eficiente dormir en la noche”.


En cuanto al impacto de la alteración del sueño, el 90 por ciento de queja de su calidad de sueño, dos de cada tres personas experimentan algún problema de insomnio, al igual que dos de cada cinco informó que el insomnio apreció con otras alteraciones, ya sea depresión o ansiedad.
Añadió que la privación del sueño reduce nuestro desempeño, tanto como el alcohol, pues “estar en vigilia por más de 16horas es como si el cerebro estuviera alcoholizado, al grado que no pasaría el alcoholímetro”.


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