Al menos en la Península de Yucatán, la prevención de la obesidad así como de la anorexia y la bulimia rindió frutos durante 2023, con un decremento del 11.1 y 18.13 por ciento, correspondientemente, con respecto al año anterior, reveló el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).
Sin embargo, no hubo un control sobre la desnutrición, problema que aumentó en 0.76 por ciento, principalmente, en las comunidades pobres y rurales de la región.
Los cambios de hábitos alimenticios permiten un mayor control de los trastornos de la nutrición, tal como se reflejó a nivel nacional, con una disminución de la obesidad pero un incremento en la desnutrición, así como en la anorexia y bulimia, entre otros padecimientos comunes.
El año pasado, en el país se registraron 857 mil 239 casos de Trastornos de la Nutrición, con una disminución del 3.79 por ciento con respecto a 2022, cuyo acumulado fue de 891 mil 24.


La tendencia a la baja también ocurrió en Yucatán, con 18 mil 687 personas, el 0.62 por ciento, mientras que en Quintana Roo fueron 17 mil 41, el 20.54 por ciento, y Campeche, con siete mil 264, el 5.92 porcentual.
En el caso de “Anorexia, bulimia y otros trastornos alimentarios”, en la República Mexicana se dieron ocho mil641 casos, con un aumento del 63.75 por ciento, ya que en 2022 fueron cinco mil 277.
Yucatán se ubicó entre las 18 entidades con mayor incidencia, con 70 individuos, trastorno que bajó en 17.65 por ciento, ya que en el año anterior fueron 85 casos, la cifra más alta en una década de registro.
Mientras que en Quintana Roo fueron 46, con un decremento del 22.03 por ciento, y en Campeche fue del 11.11 porcentual, con 24.
En cuanto a la desnutrición, en el país fueron 70 mil 889 personas, con un aumento del 9.92 por ciento, ya que en 2022 fueron 64 mil 492.


Tan sólo en Yucatán fueron mil 635 los detectados, con un alza del 8.93 por ciento, ya que en el período anterior fueron mil 501, y se ubicó entre los 16 estados con mayor prevalencia.
En contraste, la problemática descendió en Quintana Roo en 4.9 por ciento, con 796 casos y en Campeche fue del 10.23 porcentual, con 614.

Obesidad

En el país se detectaron 777 mil 709 casos de personas con problemas de obesidad, con un retroceso del 5.3 por ciento en comparación con el año anterior, cuyo acumulado fue de 821 mil 255.
En Yucatán decreció en 1.37 por ciento, al pasar de 17 mil 218 personas a 16 mil 982 casos, por lo que se ubicó entre los 16 estados con mayor incidencia.


La problemática también descendió en Quintana Roo, en 21.17 por ciento, con 16 mil 199, mientras que en Campeche fue del 5.48 porcentual, con seis mil 626.
De acuerdo con el estudio de Samantha Isabel Góngora Pool, del Hospital Regional Elvia Carrillo Puerto del Issste, bajar de peso es lo más eficaz para reducir el colesterol, los problemas cardiacos, disminuir los riesgos de ciertos tipos de cáncer asociados a la obesidad. Todos los días es momento de moverse y buscar el bienestar general.
Expuso que “es necesario beber mucha agua o líquidos como mínimo una meta de dos litros diarios, así como dormir ocho horas diarias”.
Destacó que dormir poco, engorda, ya que el sueño insuficiente provoca la generación de la hormona que estimula el apetito e inhibe la que da al cerebro señales de saciedad.


Informó que la intervención nutricional adecuada, exige la participación activa del paciente, ya que de él dependen las decisiones y acciones del manejo diario, por lo tanto el nutriólogo y el paciente deben acordar conjuntamente metas y estrategias; el experto sugiere algún plan de acción que no implique muchos cambios a la vez.
“Se deberán establecer metas antropométricas, dietéticas y bioquímicas según la patología y el perfil metabólico del paciente, dichas metas deberán ser compatibles con el grado de empoderamiento y la motivación que tenga el derechohabiente y deberá ser registradas”, abundó.
Recomendó que en el momento de tomar la decisión de bajar de peso, lo mejor es hacer público el compromiso, para que no asombre a nadie el cambio de menú en las comidas familiares o en las invitaciones a salir a los restaurantes.
Es de mucho beneficio hablar del reto, al menos entre la familia y amigos con los que más nos relacionamos, concluyó.

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