Con la llegada de enero comienza el conteo de las Cabañuelas, una tradición ancestral que tiene su origen en los mayas y que aún es utilizada por algunos campesinos para determinar los tiempos de siembra y poder llevarla a buen puerto, con una efectividad del 70 por ciento.
Si bien el cambio climático ha reducido el porcentaje de efectividad en las predicciones, el meteorólogo del Comité Institucional para la Atención de Fenómenos Extremos (Ciafeme) de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Juan Vázquez Montalvo, afirmó que se conserva un 70 por ciento de asertividad, por lo que son de mucha utilidad para saber cómo se espera el tiempo para el año que inicia.
“Las cabañuelas corresponden a una observación que se va a hacer todos los días del primer mes para poder predecir las condiciones futuras en el comportamiento del tiempo en el año meteorológico”, acotó.
Recalcó que para los mayas era importante saber esto para determinar cómo iban a cultivar y cosechar, ese era el fin principal de las cabañuelas.


De acuerdo con esta tradición, relató, la primera vuelta es del 1 al 12 de enero y corresponde a cada mes del año; en tanto del 13 al 24 de enero se realiza el mismo conteo por mes, pero partiendo en sentido inverso, de diciembre a enero.
“En esas dos primeras vueltas, la primera parte del día se enfoca en los primeros 15 días del mes y la segunda parte a los siguientes 15 días del mes que se esté observando”, añadió.
Respecto a la tercera vuelta, Vázquez Montalvo explicó que va del 25 al 30 de enero y cada día son dos meses. Para el 31, añadió, cada dos horas es un mes del año.


“Cuando se hace la observación también se debe tomar en cuenta el comportamiento de los pájaros, de las hormigas, los árboles, eso va complementando las predicciones. El principal detalle es la Ceiba, observando cómo crece su fruto, pues nos permite saber si habrá o no buena temporada de lluvias”, señaló.
Mencionó que una vez concluidas las cuatro vueltas de las Cabañuelas, se debe verificar la concordancia respecto a cada mes, es decir, si se repite dos o más veces algún fenómeno de calor, lluvias o viento, que incrementa las probabilidades de que algo ocurra.
El meteorólogo indicó que actualmente mucha gente se burla de esta tradición, sin embargo, invitó a conocer un poco más sobre esto y evitar que esta tradición se pierda, toda vez que ayudó a los antepasados y familiares a sobrevivir o salir adelante en algunas temporadas.

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