Científicos mexicanos recientemente detectaron que el virus del dengue presenta 35 mutaciones en diferentes de su genoma, por lo que especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) analizará cada uno de ellos para detectar cual de ellos no se replica en células humanas, informó el experto José Manuel Reyes Ruiz.
Indicó que en coordinación de especialistas de Estados Unidos se logró secuenciar el genoma del letal virus, detectando diversas mutaciones, las cuales permitirá el control de la enfermedad.
Mencionó que gracias a la colaboración del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular con el Sealy Center for Structural Biology and Molecular Biophysics, de la Universidad de Texas, Medical Branch, Galveston, se logró secuenciar el virus que se producía de células con infección persistente y se observó que tenía 35 mutaciones en diferentes regiones del genoma viral que codifican para algunas proteínas virales que permiten evadir la respuesta inmune y en las regiones no traducidas del virus, necesarias en su replicación.
“Ahora lo que necesitamos es generar virus que contengan cada una de las mutaciones que encontramos, pero de manera independiente para saber cuáles de las 35 mutaciones son las responsables de que el virus ya no se replique en células de mamíferos. Esta información permitirá identificar las secuencias del virus necesarias en el proceso de adaptación”.
Señaló que las infecciones virales transmitidas por mosquitos, como las causadas por los flavivirus del dengue, representan importantes desafíos para la salud y, en los últimos años, han generado una alerta sanitaria mundial, por lo que investigadores del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav, han trabajado por 30 años con el virus, para conocer sus mecanismos y proponer alternativas contra la enfermedad.
Reyes Ruiz, graduado de doctorado del departamento, explicó que conocer la manera en que el virus dengue utiliza para infectar a un mosquito, permitiría entender las infecciones virales persistentes, que tienen la característica de que no generan síntomas, pero cuyo material genético perdura en el hospedador; así como una oportunidad para generar vacunas.
En este sentido, el grupo de investigación encabezado por Rosa María del Ángel Núñez de Cáceres, adscrita al Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular, demostró que después de un tiempo prolongado, de 42 semanas, el virus dengue, en células de mosquitos, pierde su capacidad de infectar células de mamíferos.
Esta investigación que hizo acreedor a José Manuel Reyes al Premio Arturo Rosenblueth 2022 en el área de Ciencias Biológicas y de la Salud por su tesis doctoral realizada en 2019, determinó que durante la infección del dengue ocurre un proceso de adaptación específico en el huésped, ya que las partículas virales producidas fueron capaces de contagiar otras células de mosquitos, pero no de mamíferos, como las Huh-7 de humano.
Los mosquitos tienen una corta vida en la naturaleza lo que hace difícil tratar de estudiar los procesos que tienen lugar durante las infecciones virales persistentes in vivo, subrayó el investigador.
Por lo tanto, el estudio se llevó a cabo en líneas celulares, demostrando que las partículas virales liberadas de células, eran contagiosas para mosquitos, pero no para células vertebradas.
Expresó que esta restricción se produce en el nivel de replicación y está asociada con varias mutaciones en el genoma del dengue.
Los resultados de este hallazgo proporcionan nueva información sobre la adaptación viral de una manera dependiente del huésped, abundó.
Remarcó que cuando un mosquito adquiere el virus, va a ser capaz de transmitirlo durante toda su vida.
Explicó que esto se debe a que se genera una infección persistente, es decir que no causa ningún daño a los moscos, pero tiene la capacidad de transmitirlo al humano y a su progenie, propagando la por meses.
Al respecto, su directora de tesis Rosa María del Ángel reconoció el trabajo de su estudiante, pues cree que la combinación de curiosidad, deseo de investigación científica, trabajo y pasión es lo que hizo a José Manuel merecedor de este reconocimiento.