Al convertirse en la más importante urbe del norte de la Península de Yucatán, Chichén Itzá contaba con una compleja red de vías de comunicación conformada por al menos 110 andadores o sacbés, que conectaban a los centros ceremoniales, unidades de habitación, grutas y cenotes, entre otros puntos, de los cuales, uno de ellos tuvo una extensión de hasta 11 kilómetros, coincidieron especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Los recientes estudios muestran que la capital de los itzáes tuvo una extensión de 25 kilómetros cuadrados alrededor de la parte central del sitio, y fue habitado por cerca de 50 mil personas, aproximadamente.
En el marco del octavo Simposio de Cultura Maya Ichkaantijoo, el investigador Jesús Manuel Gallegos Flores destacó la importancia de los andadores de Chichén Itzá, los cuales son investigados desde principios del siglo XX e incluso, fray Diego de Landa, en su Relación de las cosas de Yucatán, menciona el sacbé que partía del costado norte de El Castillo hasta el Cenote Sagrado.


Por su parte, Francisco Pérez Ruiz, explicó que con el empleo de modelos digitales de elevación, como el Lidar, se estudió las vías de comunicación de la zona arqueológica y se identificaron 110 andadores.
También aparecieron, al parecer, otros 20 más, pero hay que efectuar los levantamientos de terrenos, entre otros estudios, para confirmar su existencia y sus características, añadió durante la conferencia “Los sacbés de Chichén Itzá, avances en el estudio de la red de caminos”.
Señaló que una amplia variedad de extensión de los caminos blancos, el más corto mide 30 metros y el más largo se prolonga hasta 11 kilómetros.


La organización y distribución tienen un espacio dentrítico, que se ramifica en diversos sentidos, subrayó.
Destacó que además de vías de comunicación, los sacbés sirvieron como sitios limitantes, en el caso del norte, con Poxil; el oriente, con Tres Dinteles, y el sur con Cuptun.
También hay vías que conectan a las cuevas, tal el caso de Balamkú y Balamchén, así como al cenote Ikil, agregó.


Remarcó que todos los sacbés tienen muros laterales, los que conducen a las unidades habitacionales llegan a un edificio quien pudo ser un cuarto de vigilancia.

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