Luego de 10 meses de espera, Dzibilchaltún reabrió sus puertas el pasado 30 de noviembre, registrando el arribo de 45 turistas, quienes de manera fortuita acudieron al sitio, ingresando de manera gratuita, debido a algunas carencias que prevalecen.
A pesar de la reapertura de la zona arqueológica, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no emite información alguna.
De manera disimulada, se permitió el acceso a los paseantes que acuden al sitio, quienes se quejaron de que no hay servicio de sanitarios, y debido a ello no se les cobró el acceso.


El pasado 30 de enero, Dzibilchaltún cerró sus puertas debido a los trabajos del nuevo Museo del Sitio así como del del Centro de Atención a Visitantes (Catvi), anunciando que sólo sería por dos semanas, pero al final llevó 10 meses.
Pese la prolongada obra del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), el Museo está inconcluso, y falta por corregir diversas anomalías que prevalecen en el Catvi, como es la falta de energía eléctrica, entre otros detalles.
De acuerdo con la página de transparencia del INAH, a la zona arqueológica ingresaron 45 personas.
Las Grutas de Loltún y las de Balamcanché está cerradas desde el 23 de marzo de 2020, primeramente para evitar la transmisión de Covid-19, luego debido a que las salas quedaron enlodadas a causa de las fuertes lluvias ocurridas en ese año.


Incluso, las Grutas de Loltún permanecerán cerradas al público debido a la presencia de un hongo tóxico para la salud humana, que prolifera debido a las condiciones climáticas y la presencia de murciélagos, por lo que se evita un brote de histoplasmosis.
Asimismo, Mayapán permanece cerrada al público desde el 7 de noviembre de 2023, debido al bloqueo por parte de los ejidatarios de Telchaquillo, comisaría de Tecoh, y el INAH se niega a ofrecer un mejor pago por las tierras ejidales sobre las que está la zona arqueológica.

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