La tenaz resistencia de los mayas de la Península de Yucatán a la conquista ibérica y a la conversión cristiana provocó que fuera el único grupo étnico de Mesoamérica a cuyos caciques se les negó la concesión legítima de escudo de armas por parte del rey de España, entre los siglos XVI y XVIII, afirmó el especialista estadounidense John F. Chuchiak IV.
Sin embargo, de manera ilegal, los caciques mayas crearon los suyos, los cuales están plasmados en los libros de Chilam Balam, principalmente, el de Chumayel, así como en casonas de la época e iglesias, utilizando la simbología correspondiente a la heráldica.
El investigador de la Universidad de Missouri afirmó que “el no tener un escudo de armas representa que el Rey de España no reconoce su linaje noble y como señor natural de la región, por lo que no puede consolidar terrenos, puestos hereditarios, tener trabajadores, recibir tributos, entre otros privilegios que goza la nobleza”.
Al participar en el coloquio “De pueblos y mayas errantes”, indicó que “la situación en la región se complicó aún más, debido a que los frailes mendicantes franciscanos se negaron a apoyar a los caciques para que pudieran ganar dichos reconocimientos y privilegios”.
Durante el homenaje a Sergio Quezada, efectuado en la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), señaló que para ser reconocido por el rey de España, “los caciques tenían que demostrar su fidelidad al cristianismo y se tenía que comprobar su apoyo militar sin condiciones y sin rebeldía”.
Asimismo, en su conferencia “Anhelo por un escudo: la falta de concesiones legítimas de escudos de armas mayas e imágenes heráldicas apócrifas en el Yucatán colonial, 1550-1750”, agregó que los caciques mexicas, tlaxcaltecas e incluso, los mayas de Guatemala fueron reconocidos como señores naturales y se les otorgó su respectivo escudo de armas, en este último caso, con el apoyo de los frailes dominicos.
Enunció los cuatro motivos por los cuales no hay escudos de armas para los conquistadores indígenas mayas peninsulares, en primer lugar, por la dificultad de comprobar su estatus de “señores naturales” por falta de tierras patrimoniales, tributos hereditarios, u otra evidencia de su estatus prehispánico.
De igual forma, la falta de apoyo de los españoles para las peticiones de escudos de armas mayas yucatecos.
Además de “la feroz resistencia maya y la larga duración de la conquista significó que, de un momento a otro, incluso, aquellos mayas que habían colaborado anteriormente y servido como aliados, se rebelaron, cambiaron de bando, o fueron desacreditados por sus enemigos”.
Finalmente señaló que “trataron varios conquistadores de desacreditar incluso a aquellos mayas que habían servido como aliados leales, es decir, el caso de los Pech y los Xiu, por su participación en ritos idolátricos.