Cerca de cinco millones de pesos fue la pérdida que dejó el incendio ayer registrado en una de las bodegas de la Central de Abastos de Mérida, propiedad del empresario Juan Carlos Martínez, cuyos locatarios retuvieron al presunto causante del siniestro.
El fuego dañó el equipo de cómputo y el cuarto frío, así como las frutas y verduras que comercializaban al mayoreo, por lo que la pérdida fue total, y el monto oscila en cinco millones de pesos.
Según los afectados, ayer, poco antes de las 13 horas, de la bodega salieron un par de “maleantes”, cuando de pronto se observó que salía humo del lugar, e irónicamente ninguno de los trabajadores del Ayuntamiento de Mérida corrió constatar lo ocurrido.
El local quemado está enfrente de la caseta de la comuna, así como a 30 metros de la administración municipal y a 20 metros del basurero, por lo que el siniestro pudo ser peor.


Afortunadamente, de manera oportuna llegaron los bomberos, quienes controlaron el siniestro, por lo que no lesionados ni intoxicados.
Los afectados denunciaron el desinterés político del Ayuntamiento de Mérida, pues a pesar que es una copropiedad no hay vigilancia por parte de los elementos de la Policía Municipal.
En tan sólo un año ya se registraron cinco graves incidentes, tal el caso del intento de violación de una joven, así como dos suicidios, la quema de una camioneta, y ahora, el incendio de una bodega.


Los inconformes coincidieron en afirmar que personal de la comuna fomenta la extorsión, el cobro de piso, renta de espacios a vendedores ambulantes, corrupción organizada por la administradora Nora Pérez, pues la Central de Abastos fue la cada chica de Renán Barrera Concha.
También se extorsiona a los tráileros, proveedores y bodegueros, es decir, prevalece un caos de delincuencia, organizada por el Ayuntamiento.
Para el colmo, los espacios y áreas comunes son ocupados por indigentes y consumidores de drogas, anomalía que ocurre todos los días, con el consentimiento de la comuna.

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