Militantes del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) denunciaron que “contrario a lo que nos han querido vender, el grupo de choque que el pasado domingo intentó generar un zafarrancho afuera del Iepac, francamente nos recuerda a aquel fatídico 4 de julio de 2011, en el paso deprimido”.
Asimismo, se advirtió del riesgo de que estos conflictos sigan escalando, pues aún quedan poco más de tres semanas de campaña, y nadie desea un enfrentamiento el próximo 2 de junio.
“Me creería si le digo que la razón es muy simple y mundana: A un grupo de priistas y panistas se les está yendo de las manos el poder,
tanto el candidato a gobernador, Joaquín Díaz Mena, como el tener abanderado a la alcaldía de Mérida, Rommel Pacheco Marrufo, se perfilan hacia un rotundo triunfo electoral, lo que los dejaría sin los beneficios políticos y económicos que por años han obtenido de la Muy Noble y Muy Leal.


En conferencia de prensa, los morenistas balconearon a quienes están detrás del grupo de choque: el empresario y diputado local Rafael Echazarreta, junto con el presidente estatal del PRI, Gaspar Quintal Parra.
También señalaron las anomalías cometidas por la candidata a la alcaldía de Mérida, Cecilia Patrón Laviada.
En su caso mostraron fotografías donde se observa que los provocadores infiltrados, portan debajo de la camiseta de la candidata, la vestimenta del movimiento AntiChapulines.


Los morenistas enseñaron fotografías, dieron nombres y cargos, hablaron de los pasajes turbios de algunos de los subalternos, como Hugo Ramírez, quien es militante del PAN, y ha servido a la familia Patrón Laviada desde la época de Patricio Patrón, para este tipo de provocaciones.
Dijeron que este tipo, al que en las fotografías se ve en pleno zafarrancho, cuenta con una plaza en el Hospital de Alta Especialidad, obviamente conseguida por la influencia de la familia para la que trabaja.
La confrontación del pasado 28 de abril, más parecida a un pleito de vecindad que a un asunto político, evidencio una estrategia tipo paso deprimido, aunque esta vez, en lugar de que se subieran al Ring priistas contra panistas, se juntaron para echarle montón a los de Morena y con su sello personal que todos conocemos, generar la percepción de que trata de un conflicto interno de Morena, nada más lejano a la verdad.


En fin, en resumidas cuentas, entendamos que este episodio, alarmantemente real, es una más, tal vez la más fuerte hasta ahora, de las sucias acciones contra el tren de Morena, que en Mérida lleva el nombre de Rommel y el apellido Pacheco.

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