Las granjas porcícolas y avícolas, así como las cementeras, caleras, sascaberas, concreteras, criberas y sitios de extracción de material de construcción establecidas en la entidad, ocasionan severos daños al manto freático, debido a la falta de tratamiento del agua y del material que utilizan, aseveró el coordinador del Consejo Ciudadano por el Agua, Cuauhtémoc Jacobo Femat.
Afirmó que la situación se complica con los transgénicos, los cuales generan un grave problema en la agricultura del país, al mientras que los agroquímicos contaminan el monto freático.
Tanto en las granjas porcícolas como en las avícolas, no hay un adecuado manejo de las heces, la orina y los medicamentos que utilizan, por lo que todos estos contaminantes se tiran al suelo.
Por ende, todo se filtra y afectan el agua subterránea que circula por toda la Península de Yucatán.
Resaltó que en Yucatán es urgente el establecimiento de un monitoreo de micropartículas así como la regulación de las mismas ya que se desconoce la cantidad que generan las cementeras, caleras, sascaberas, concreteras, criberas y sitios de extracción de material de construcción
Reconoció que en Mérida hay un monitoreo de la contaminación sonora que se genera, así como del control de aire, pero no hay con un estudio de las micropartículas.
La situación de complica durante la temporada de invierno, ya que los frentes fríos y los nortes transportan las micropartículas que generan las cementeras instaladas en Progreso, afectando a las familias de Flamboyanes y Dzityá, así como de las diversas colonias, fraccionamientos y unidades habitacionales del norte de Mérida. Lo mismo ocurre con las familias de Umán.
“Con las cementeras instaladas en el corredor del Parque Industrial de Progreso, las corrientes de aire transportan esa contaminación hasta Mérida”, acotó.
Comentó que otro grave problema que han dejado las empresas de la industria de la construcción son las sascaberas, y son cientos las que hay en la entidad, pero desafortunadamente, no hay un censo.
Para la obtención del material pétreo, así como cal y sascab, las empresas excavan hasta llegar al manto freático, por lo que ponen en grave riesgo el río subterráneo de Yucatán.
Lo peor de todo, al aprovechar todo el material, los empresarios abandonan el lugar sin efectuar algún saneamiento y mucho menos toman medidas para evitar la contaminación.
En algunos casos, las autoridades han convertido las sascaberas en sitios atractivos, tal como ocurre con el malecón de Pensiones, así como en los Parque Ecológico del Oriente y Poniente, en los cuales, incluso, microecosistema, en los cuales se observan diversas especies de aves, tal el caso de garzas y patos, así como tortugas, entre otros animales.

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