Mérida, Yucatán.- Por medio de un proyecto de energía limpia y sostenible que mejorara el manejo de los residuos orgánicos y la calidad del suelo, habitantes de 16 municipios de la Península de Yucatán se han visto beneficiados con la instalación de biodigestores, que les han permitido sustituir el uso de la leña para cocinar por biogás, con los consecuentes beneficios para su salud y alimentación.
En entrevista vía videoconferencia desde la Ciudad de México, Almendra Ortiz Tirado, directora de Sistema.bio para América Latina y el Caribe explicó que el Proyecto “Saneamiento, energía sostenible y seguridad alimentaria en la Península de Yucatán”, se implementa desde 2021 en conjunto con el Instituto Internacional de Recursos Renovables A.C.(IRRI México), con el financiamiento de la W.K Kellogg Foundation.
Este proyecto es uno de los que más nos sentimos orgullosos, ha sido un camino increíble de enormes retos y aprendizajes. En esta primera etapa las familias yucatecas ahora tienen una mejor calidad de vida, ya que han dejado de respirar el humo de leña que causa muchos daños a la salud pulmonar además hemos logrado un impacto positivo al medio ambiente porque han dejado de consumir una cantidad importante de gas LP, de emitir muchas toneladas de CO2 y de talar árboles, generando un ciclo de economía circular muy importante. Las comunidades pueden sembrar sus propios alimentos gracias al biofertilizantes que sale de los biodigestores al aprovechar por este medio sus desechos.
Almendra Ortiz Tirado, directora de Sistema.bio para América Latina y el Caribe
Destacó que con este proyecto se crean comunidades autónomas que no necesitan de proveedores externos y que ahora, producen sus propios alimentos, su propia energía y fertilizante, sin la necesidad de depender de otros agentes para poder subsistir.
Sobre los 16 municipios de la Península de Yucatán participantes en el proyecto: Calakmul, Hopelchén,Cantamayec, Chacsinkín, Chankom, Chikindzonot, Maní, Mayapán, Oxkutzcab, Tahdziú, Teabo, Tekom, Tixcacalcupul, Tixméhuac, Yaxcabá, José María Morelos.
Detalló que un biodigestor, es un contenedor cerrado en el que se deposita material orgánico para que se fermente por la acción de las bacterias y produzca un gas, llamado biogás, que puede utilizarse para generar luz y calor. Después de 30 días, el biodigestor produce suficiente gas para empezar a aprovecharlo. Puede utilizarse, por ejemplo, en estufas, calentadores de agua y en plantas que transforman la energía del gas en energía mecánica o eléctrica que puede usarse, por ejemplo, en un molino.
El sistema de biodigestores está alineado al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en los rubros de: Fin de la pobreza, Hambre cero, Energía asequible y no contaminante, Acción por el clima, Agua limpia y saneamiento, Ciudades y comunidades sostenibles, reducción de las desigualdades, entre otros.
Almendra Ortiz destacó la importancia de alianzas interinstitucionales y proyectos innovadores de financiamiento mixto para lograr impactos más sustanciales que promuevan prácticas agrícolas sostenibles no solo en Yucatán, sino también en otras partes del país.
La empresa social mexicana presentó más detalles de los beneficios alcanzados en las comunidades de Yucatán entre Maní y Yaxkabá, en su informe de resultados, en Mérida.