Yucatán ocupa el primer lugar en México con la tasa más alta de habitantes con comportamiento suicida, pero aun tratándose de un grave problema de salud pública, se puede prevenir si detectamos a tiempo algunos signos de alerta, aseguró el profesor investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Gerardo Serrano Pereira.
En entrevista, reveló que cada año, miles de personas atentan contra su vida y muchas más lo intentan, por lo que estos casos son tragedias que tienen efectos duraderos para las personas cercanas a la víctima.
“El suicidio es un fenómeno multicausal, multifactorial y multidimensional provocado por causas biológicas, psicológicas y sociales, y aunque es rica la explicación que se tiene, desafortunadamente, dada la complicación del fenómeno, se hace todo un desafió”, explicó.
Mencionó que la población más vulnerable es la juventud, ya que en esta etapa de la vida es cuando se presentan relaciones afectivas de pareja, en las cuales se presentan problemas o la falta de aceptación ante rupturas amorosas, que pueden convertirse en uno de los desafíos sentimentales más grandes que enfrentamos los seres humanos y, en algunos casos, pueden ser detonantes de comportamientos suicidas.
Indicó que existen signos de advertencia en los que debemos estar alertas en nuestros familiares o personas cercanas como el cambio abrupto en el estado de ánimo o de comportamiento.
También está la forma de expresarse que habitualmente son señales que deben llamar la atención, en especial, si están acompañados de otra serie de actitudes inusuales que nos hagan valorar en la probabilidad y riesgo de atentar contra la vida.
Serrano Pereira recomendó buscar ayuda profesional en caso de detectar alguna de estas señales en una persona cercana a nosotros ya que “es importante invitar, acompañar y sensibilizar a la persona que ha manifestado ideas relacionadas con suicidio, a que acuda a instancias donde pueda recibir ayuda médica, psicológica, para que de esta forma intente reconectar con un proyecto de vida”.
Para finalizar, sugirió hablar en familia y sin tabús del comportamiento suicida, al igual que estar alertas ante posibles señales de riesgo, que son acciones que pueden salvar vidas.