En la Península de Yucatán, durante 2023, la hepatitis retrocedió en cerca del 10 por ciento, con respecto al año anterior, al registrar 494 casos de los diferentes tipos que prevalecen, reveló la especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán, Brenda Herrera.
Durante el año, en diversos estados se registraron brotes, en especial de hepatitis de tipo A, pero en el Península de Yucatán, afortunadamente, prevaleció el control epidemiológico.
A nivel nacional se registraron 14 mil 620 contagiados, de los cuales, siete mil 24 fueron de tipo A, 839 de tipo B, cuatro mil 61 de tipo C, y dos mil 696 de otros tipos, con un aumento del 37.32 por ciento en comparación con 2022, cuya suma fue de 10 mil 647 infectados.


Mientras que en la región, el decremento fue del 10.34 por ciento, al pasar de 551 positivos a 494 confirmados.
Específicamente en Yucatán, la disminución fue del 13.08 por ciento, pues en 2023 fueron 279 casos, de los cuales, 122 fueron de tipo A, 41 de tipo B, 98 de tipo C y 18 de otros tipos, mientras que en 2022 fueron 321.
Mientras que en Quintana Roo, la reducción fue del 8.29 por ciento, al pasar de 193 a 177, y en Campeche, el incremento fue del 2.7 porcentual, pues en 2022 fueron 37 los contagiados, y en 2023 llegó a 38, es decir, la diferencia de un paciente.


La especialista en Gastroenterología y Clínica de Hepatitis expresó que el IMSS en Yucatán orienta sobre esta enfermedad, con el objetivo principal de intensificar la lucha contra este padecimiento, para prevenir, identificar síntomas y recibir tratamiento oportuno según los distintos tipos de hepatitis virales A, B, C, D y E, y salvaguardar la salud de los pacientes.
Aclaró que la hepatitis es un padecimiento originado por la inflamación del hígado, cuyas causas pueden ser infecciosas, como las hepatitis virales, o no infeccionas, que se dan por el consumo de bebidas alcohólicas, obesidad, enfermedades autoinmunes, fármacos y reacciones alérgicas.
Subrayó que existen diversos virus que causan la hepatitis, y los síntomas pueden comenzar y mejorar rápidamente (hepatitis aguda) o podría presentarse una enfermedad prolongada (hepatitis crónica).


La hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados, mientras que las formas B y C se producen por contacto con fluidos corporales infectados, acotó.
Expresó que las más comunes son por tener relaciones sexuales sin preservativo, transfusiones de sangre o productos sanguíneos contaminados y transmisión de madre a hijo en el parto.
Cuestionada sobre los síntomas generales de la hepatitis, respondió que abarcan el dolor o distensión abdominal, orina oscura y deposiciones de color arcilla o pálidas, fatiga, fiebre o febrícula, ictericia (coloración amarillenta de piel y ojos), falta de apetito, náuseas y/o vómitos, así como pérdida de peso.


En ocasiones, la enfermedad puede cursar síntomas, en el caso de la hepatitis B, por ejemplo, el paciente puede permanecer asintomático durante años y desarrollar insuficiencia hepática posteriormente, por lo que es importante que si tiene algún factor de riesgo se realice exámenes periódicamente.
Advirtió que la hepatitis B puede prevenirse mediante la vacunación, de ahí la importancia de aprovechar el biológico que las instituciones de salud brindan.
En cuanto al tratamiento, el médico analizará las opciones según la causa de la enfermedad hepática y el daño que presenta.


Las medidas para prevenir contraer hepatitis B y C, son el no compartir artículos personales, como rastrillos; desechar de forma adecuada las jeringas; en caso de realizarse un tatuaje o perforación, acudir a lugares que cumplan con las normas de seguridad e higiene; así como el uso de preservativo en cada relación sexual.
Para reducir el riesgo de contagiar o contraer la hepatitis A o la E, cada persona debe de lavarse las manos correctamente antes de comer o preparar alimentos, así como después de ir al baño y cuando entre en contacto con la sangre, las heces u otros fluidos corporales de una persona infectada.
Además de consumir agua embotellada, así como alimentos cuya procedencia sea de lugares establecidos y se encuentren bien cocidos y, en caso de frutas y verduras, desinfectadas.


En personas con padecimientos crónico-degenerativos como sobrepeso, obesidad y el alcoholismo se pueden llegar a registrar mayores complicaciones en caso de presentar hepatitis C, ya que sus condiciones de salud generan que el virus se desarrolle con mayor rapidez.
Remarcó que las personas que viven con VIH deben realizar una detección semestral de VHC como parte integral de su autocuidado y tratamiento.
En el IMSS en Yucatán, con el objetivo de diagnosticar de manera temprana esta enfermedad e iniciar tratamiento antes de la presentación de síntomas, se realiza la aplicación de pruebas rápidas en los Módulos PrevenIMSS, para la detección de la infección por el virus de la hepatitis C, con el fin de otorgar el tratamiento y medicamentos pertinentes para cada caso, en los consultorios de Enfermería y Medicina Familiar, ubicados en las Unidades correspondientes.


Asimismo, el Seguro Social cuenta con acciones para detectar de manera temprana este padecimiento, así como con tratamientos y medicamentos que han demostrado una alta efectividad para combatir el virus.
Finalmente, exhortó a la población derechohabiente a acudir a los Módulos PrevenIMSS, así como para programar su chequeo médico preventivo; el cual se recomienda realizárselo a todos los integrantes de la familia, mínimo una vez al año, con la finalidad de evitar complicaciones en la salud.

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