Cerca de 400 mil hectáreas de bosques ha perdido Yucatán en tan sólo dos décadas, debido a la deforestación efectuada para el desarrollo socioeconómico de la entidad, reveló la asociación Atlas Nacional de México 2022.
Durante la presentación del primer mapa de deforestación, se informó que hasta 2000, en el Estado habían tres millones 63 mil 767 hectáreas ocupadas de bosques, dominantemente arbóreos.
Sin embargo, el 13.4 por ciento de esta superficie vegetal ha desaparecido, en tan sólo 21 años, por lo que anualmente se reforesta 19 mil 53 hectáreas.
Detalló que el 44 por ciento de la deforestación se concentra en Tizimín, Yaxcabá, Tekax, Chemax, Peto, Valladolid, Chikindzonot y Espita.
Asimismo, Dzitás, Calotmul, Kanasín, Mama y Dzan han perdido más de la cuarta parte de su territorio forestal.
En el caso de Tizimín, es un municipio que históricamente ha sufrido extrema deforestación, un total de 48 mil 230 hectáreas, el 18.6 por ciento de la superficie forestal.
Recientemente, la construcción del Tren Maya, hasta diciembre de 2021, implicó la deforestación mil 603 hectáreas
De acuerdo con los datos proporcionados, Yucatán es el primero de una serie de mapas estatales sobre Deforestación obtenidos por fotointerpretación y calibrados mediante análisis de información biométrica y fotográfica obtenida directamente en los sitios de estudio del Inventario Nacional Forestal y de Suelos por la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
“Estos mapas son indispensables -entre otras cosas- para lograr estimaciones consistentes sobre las pérdidas y ganancias de Materia Orgánica (MOS) y sus emisiones derivadas de gases (GEI)”, acotó.
De acuerdo con la Conafor, las principales causas de la deforestación en México son, en orden descendente, el incremento de la superficie agrícola y ganadera, la tala ilegal, los incendios forestales, la expansión de áreas urbanas, industriales, turísticas y vías de transporte, así como el efecto de las plagas y enfermedades de los árboles más vulnerables.
De igual forma, otros factores que potencian este fenómeno son el elevado crecimiento demográfico, la creciente demanda de alimentos, la extracción de minerales, la comercialización de productos derivados de la celulosa y de maderas preciosas, los eventos climáticos extremos y de forma cada vez más progresiva la acción del crimen organizado.
Desafortunadamente, es insuficiente la información y educación ambiental como para orientar a la sociedad hacia un mejor cuidado de nuestros recursos naturales.