Al menos en la entidad, dos de cada 25 personas presentan en ese mes el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), mejor conocida como depresión estacional, en la cual intervienen factores sociales y ambientales, advirtió la presidenta del Colegio de Psicólogos del Estado de Yucatán, María de Lourdes Valdez
Advirtió que este tipo de depresión ocurre principalmente durante el invierno, la cual, afecta más a las mujeres.
Remarcó que “diciembre es un mes que trae mucha nostalgia y pensamientos negativos para muchas personas y si anteriormente presentaron depresión, pasan a la ansiedad y lamentablemente en muchos casos deciden tomar decisiones que son fatales”.
Ante la nostalgia y recuerdo que les traen las fiestas decembrinas, es importante reconocer estos cuadros y acudir con un profesional de la salud mental para recibir el tratamiento adecuado, acotó.
De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, al corte del 9 de diciembre pasado se tiene el registro de dos mil 939 casos de depresión, con un aumento del 18.6 por ciento, con respecto al mismo período del año anterior, cuya suma fue de dos mil 479.


En cuanto al género, explicó que hay dos mil 197 mujeres, el 74.73 por ciento y 743 hombres, el 25.27 porcentual.
Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó que la depresión estacional afecta entre el cuatro al ocho por ciento de la población general, en una proporción de cuatro mujeres por un hombre.
Las mujeres en su época reproductiva son de dos a cuatro veces más propensas a desarrollar TAE, por tanto, se considera que las hormonas femeninas están relacionadas con su incidencia.
Además, se sabe que la genética también cumple un papel importante, pues los antecedentes familiares de TAE u otras formas de depresión son un factor de riesgo para su desarrollo.


La especialista expuso que para una buena parte de la población, la temporada navideña es una época anhelada por su ambiente festivo y emotivo, sin embargo, algunas personas se ven sumidas en un estado de desánimo debido a una mezcla de factores sociales, psicológicos e incluso biológicos.
“Todos en alguna ocasión hemos experimentado tristeza durante esta época; sin embargo, existe una condición médica que puede pasar desapercibida y podría ser la causante de estos episodios”, alertó.
Agregó que durante el invierno, la cantidad de luz solar disminuye y esto provoca alteraciones en la química cerebral asociadas con la depresión.
Por lo tanto, cuando la luz solar es menor, el cerebro produce menos serotonina, neurotransmisor que regula el estado de ánimo, y, por el contrario, produce más melatonina, hormona que provoca somnolencia y cansancio.
El pasado jueves 21 se registró el solsticio de invierno, y por ende, el día más corto del año, con 10 horas y 52 minutos, ya que el Sol salió a las 6:30 horas y se ocultó a las 17:22 horas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que la salud mental se ve impactada de forma positiva y negativa por una combinación de factores individuales, familiares, comunitarios y estructurales.
Las festividades invernales a menudo conllevan expectativas sociales de alegría y celebración y suponen una presión para quien no comparten el mismo entusiasmo.
El organismo señala que informarse sobre la depresión estacional puede hacer la diferencia, pues cualquier tipo de depresión puede volverse crónico y, en su forma más grave, conducir al suicidio.
Lo más importante es que ante cualquier signo de alerta, las personas soliciten ayuda profesional y tengan un diagnóstico oportuno.

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