Para la pronta solución del grave problema de las granjas porcícolas es necesario que la iniciativa privada invierta más recursos para eficientizar las plantas de tratamientos de aguas residuales, la participación directa del gobierno, el vínculo con académicos e investigadores, así como la colaboración de la ciudadanía, aseveró el consultor en medio ambiente especializado en tratamiento de aguas y litigio ambiental, Armín Alejandro May Marrufo.
Reconoció que en la región no hay un lugar ideal para el establecimiento de las granjas porcícolas, ya que se tiene un suelo kárstico, por lo que el manto freático es más vulnerable a la contaminación.
Por ende, las granjas ´porcícolas deben de permanecer en el mismo lugar pero con una eficaz planta de tratamiento de aguas residuales para evitar el daño al subsuelo, al mismo tiempo de evitar problemas de fetidez, y otras anomalías de las cuales se quejan familias de diversas poblaciones de la entidad.
Durante la presentación de la revista ambiental Biosfera en su edición número 13, efectuadas en el marco de la feria de arte & ciencia Apokalypsi 2023, aseveró que “las granjas porcícolas son un problema mediático en el Estado, el cual se puede resolver de manera conjunta”.
“No hay ríos superficiales, sólo subterráneos, por lo que si contamina en un punto, la problemática se reflejará en otro, de ahí la importancia de identificar puntualmente donde están las descargas y hacer una colaboración con todas las empresas para hacer un tratamiento de agua adecuado”, acotó.
Remarcó que las empresas destinan recursos económicos para el tratamiento de las aguas residuales, pero se ha ven rebasadas debido al aumento del volumen de crías de cerdos, y por ende, de descargas de residuos.
Cuestionado sobre un lugar adecuado para la ubicación de las granjas, el doctor en Ingeniería ambiental de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) expresó que “no hay un sitio ideal en el Estado para que no contaminen, a menos que tengan una buena planta de tratamiento de aguas residuales”.
En cuanto a los sitios de producción porcícola que están cerca de las poblaciones, “más que cerrarlas o removerlas, hay que darles un puntual seguimiento, una colaboración conjunta entre los empresarios, el gobierno, los especialistas y la ciudadanía”.
May Marrufo validó las quejas de los pobladores, entre ellas está la fetidez y la contaminación del agua, motivo por el cual, la iniciativa privada debe de invertir más, así como trabajar en equipo con el gobierno y los ciudadanos.
Añadió que “es un sector que se necesita, la producción de cerdos es importante para el estado, el acabar con la porcicultura repercutiría negativamente en la economía del Estado”.
El pasado 27 de marzo, la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores González, afirmó que la calidad del agua, aire y del suelo está en deplorables condiciones debido a la alta contaminación que generan las granjas porcícolas de Yucatán, por lo que la recomendó evitar la apertura de más espacios para esta actividad en Muna, Conkal, Cacalchén, Muxupip, Kanasín y Mérida.
Durante la presentación del Dictamen Diagnóstico Ambiental de la Actividad porcícola en Yucatán, enfatizó que la población sufre a diario el impacto de una “nube de ácido sulfhídrico y de amoniaco”, la cual es transportada por varios kilómetros a consecuencia de los vientos, además que los suelos están sobrefertilizados, debido al exceso de medicamentos que se les da a los cerdos para evitar que tengan problemas diarreicos.
De acuerdo con el estudio realizado a partir de octubre de 2022, en Yucatán existen 507 granjas porcícolas, distribuidos en 87 municipios, ubicadas en la zona de recarga de la Reserva Estatal Geohidrológica Anillo de Cenote.
Del total, 139 son de traspatio o de autoconsumo; 208 cuentan con una o dos naves; 89 tienen tres a siete naves; 48 poseen entre ocho y 20 naves, y 23 tiene al menos 21 naves.
Mencionó que se efectuó una evaluación de descargas en 10 granjas, y se detectó que todas ellas no satisfacen la Norma Oficial Mexicana NOM-001-Semarnat-2021 para suelos kársticos, por lo que urge modificar la tecnología que utilizan.