En Maxcanú, especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán efectuaron una exitosa cirugía reconstructiva, con la cual mejorará la vida de Gael, un niño de tan solo dos años de edad, con diagnóstico de macrodactilia, un padecimiento congénito que se caracteriza por un crecimiento excesivo de los dedos, tejidos blandos y los huesos de la mano.
Incluso, el infante nació con el tercer dedo de su mano izquierda, con un tamaño de 8.5 cm de largo y tres cm de grosor, es decir, el doble de un dedo promedio, en un niño de su edad.
Ahora, con la Jornada Quirúrgica de Cirugía Reconstructiva del Programa IMSS-Bienestar, el menor de edad tendrá una vida de calidad.
El coordinador de las Jornada de IMSS-Bienestar, Sergio Raymundo López Pérez, aseguró que la macrodactilia o gigantismo digital es la presencia de un dedo desproporcionadamente grande que se da por un componente genético y de un tejido altamente rico en factores de crecimiento angiogénico,
Es decir, que forma muchos vasos sanguíneos nuevos, sin ser un tumor, y que producen el crecimiento desmedido del hueso, los tendones, la piel y genera el doble de longitud y grosor del tamaño dactilar.
“Esto impide y da incapacidad de agarrar objetos, además de que todo el tiempo los están estigmatizando porque es muy notorio”, agregó el especialista.
A finales de marzo de este año, la madre del pequeño acudió a la Jornada Quirúrgica de Cirugía Plástica y Reconstructiva en Maxcanú, jornada coordinada por IMSS-Bienestar la cual acerca los servicios de salud de Alta Especialidad a la población que no cuenta con Seguridad Social, para atender de forma integral a la población más vulnerable.
Así, el equipo de médicos, proveniente de diferentes partes del país y liderados por López Pérez, conocieron el caso de Gael y lo atendieron de inmediato, para intervenirlo quirúrgicamente y, de esta manera brindarle atención oportuna para mejorar su calidad de vida.
La cirugía tuvo una duración de tres horas, aproximadamente, donde participaron médicos pediatras, cirujanos plásticos y anestesiólogos, que poco a poco fueron retirando las capas de piel, cuidando los nervios, vasos sanguíneos y, sobre todo, los tendones, con el objetivo de reducir los 8.5 cm de largo y 3 cm de ancho de su dedo, respetando y cuidando la irrigación de la sangre y las estructuras que permiten la movilidad del hueso.
Al final, los especialistas lograron reducir en casi 50 por ciento de su tamaño y hoy el dedo medio de Gael mide cinco cm de largo y 1.5 cm de ancho, y lo más importante, es que le regresaron la movilidad, sin necesidad de una amputación.
López Pérez narró que previo al procedimiento quirúrgico, el menor no tenía movilidad en su dedo derivado de que sus articulaciones estaban adheridas, y le provocaban una deformidad en su mano, limitando su funcionalidad.
Tras dos meses de la cirugía y con el seguimiento médico oportuno y los cuidados necesarios, Gael ya tiene movimiento en su dedo, puede agarrar por si solo sus juguetes, saludar, abrir y cerrar con más facilidad su mano y, sobre todo, ahora puede tener el efecto de pinza, fundamental en el desarrollo de cualquier niño.
El especialista aseguró que de no realizar este procedimiento en edad temprana, se corría el riesgo de que en un futuro se anquilosaran las articulaciones y difícilmente lograr la funcionalidad y movilidad.