La puesta en funcionamiento del Tren Maya dinamizará la economía de la región, sin embargo, los diversos programas complementarios que fueron hecho “al vapor y detrás de un escritorio” provocarán diversos perjuicios, tal como actualmente sucede en Chichén Itzá, aseveró el empresario Rubén Gutiérrez Barbachano.
Asimismo, lamentó la actitud del personal de Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) durante los trabajos de rescate y restauración Grupo de la Serie Inicial de Chichén Itzá, efectuados como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).
Aclaró que además de invadir una propiedad privada, amenazan a los trabajadores del Hotel Hacienda Chichén, aledaño al grupo arqueológico también conocido como “Chichén Viejo”, y no hay un control de las personas que a diario ingresan a este lugar.
Por tal motivo, el pasado jueves 10 se cerró el acceso al Grupo de la Serie Inicial, postura que coincidió con su reapertura al público, previsto para el próximo 2 de septiembre, y hasta el momento, aún no hay un acuerdo.
Lo peor de todo, es notable el hermetismo por parte de la titular del Centro INAH – Yucatán, la arqueóloga Anna Goycoolea Artís, así como del director del sitio, José Francisco Osorio León.
Por su parte, la empresaria Isabel Barbachano Herrero, aclaró ya sostuvo una plática con el director del INAH, Diego Prieto Hernández, por loque en breve se espera llegar a un acuerdo.
coincidieron en expresar sobre los beneficios que traerá el Tren Maya, al dinamizar la economía de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, pues el turismo disfrutará su arribo a las zonas arqueológicas.
Desafortunadamente, al menos en Chichen Itzá, el programa de manejo del sitio tiene numerosas deficiencias, que perjudican al turismo, y enunció el caso del cierre de las vías alternas de ingreso a la zona arqueológica, específicamente la de los hoteles.
Por ende, los huéspedes tendrán que caminar dos kilómetros para llegar al Centro de Atención al Visitante (Catvis), lo que hará más cansada la estancia del turismo.
Recordó que anteriormente, en los hoteles había un módulo de venta de los boletos de ingreso al sitio, pero a partir de 2000 se cancelaron, como parte del operativo de prevención contra el Covid-19.
“(Los funcionarios del INAH) deben dejar de hacer las cosas desde un escritorio y que se pongan a caminar para que puedan conocer el lugar y tengan un mejor programa”, acotó Gutiérrez Barbachano.
La empresaria aseveró que “mi familia protege las zonas arqueológicas, no saquea ni profana, pues hay un gran respeto a los sitios precolombinos”, subrayó.
Recordó que su abuelo, Fernando Barbachano Peón fue pionero del turismo en México, al promover Chichén Itzá, Uxmal y Palenque, además que como protector del patrimonio nacional colaboró en la creación del INAH.
La declarante aseveró que los mismos pasos siguió su padre, Fernando Barbachano Gómez y Rul, por lo que ahora es ella la defensora del patrimonio histórico.