La Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes está a un paso de ser el primer ecosistema del país en obtener la categoría de ser un sujeto de derecho, por lo que este humedal tendría una representatividad jurídica, informó la representante jurídico del Colectivo Guardianes de los Cenotes (Kanan ts’ono’ot), Lourdes Medina Carrillo.
Indicó que el Juzgado Cuarto de Distrito admitió, el pasado lunes 6, la demanda de amparo y determinó otorgar una suspensión provisional a favor de los habitantes de Homún.
De concretarse, las empresas no podrán instalarse en la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes y se tendrá todos los elementos para evitar la contaminación por parte de las compañías que actualmente están.
Por ende, el anillo de cenotes está a punto de obtener una representatividad jurídica, el primero en su tipo en el país en materias ambiental, lo que permitiría la total regulación de las empresas que se instalen en el sitio, en especial las porcícolas y avícolas, anunciaron los integrantes de esta asociación.
“Si el Juzgado Cuarto de Distrito otorga la suspensión definitiva al amparo de Kanan ts’ono’ot, las autoridades estatales y federales tendrán que cumplir por mandato constitucional con la aplicación de la ley para proteger está reserva estatal y los cenotes que tiene en su territorio”, acotó durante la conferencia de prensa que sustentó.
Lamentó la postura de las delegaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), así como de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), las cuales, “hasta hoy son omisas por no aplicar la ley y normatividad del cuidado del medio ambiente y del agua”.
El efecto jurídico del amparo también convertiría como representantes de los cenotes a los habitantes de las comunidades donde se ubican, evitaría que el gobierno federal, estatal y municipal aprueben por si solos los proyectos de tipo inmobiliario, porcícolas y turístico. Es decir, los inversionistas no podrán desarrollar proyectos si no lo autoriza la comunidad.
El colectivo recordó que la Reserva Estatal Geohidrológica Anillo de Cenotes provee el 42 por ciento del volumen de agua dulce a Yucatán y el 19 por ciento de toda la Península de Yucatán.
Recordó que el 19 de octubre de 2013 fue decretada como Área Natural Protegida con categoría de Reserva Estatal, con una superficie de 219 mil 207.83 hectáreas, abarcando los municipios de Acanceh, Cuzamá, Hocabá, Hoctún, Homún, Huhí, Sanahcat, Seyé, Tahmek, Tecoh, Tekit, Timucuy y Xocchel.
Asimismo, está ubicada en el parteaguas del anillo de cenotes conocida como “ruta de cenotes”, se encuentra fisiográficamente en terrenos de la planicie costera.
El objetivo principal de esta ANP es garantizar que los beneficios derivados de los servicios, particularmente hidrológicos, de los ecosistemas contenidos en su territorio se distribuyan de forma equitativa para mejorar la calidad de vida.
Debido a su importancia ecológica es declarada Humedal de Importancia Internacional (Ramsar) el 2 de febrero de 2009, con el número de registro dos mil 43.
Incluso, en esta zona habitan más de 41 especies silvestres en peligro de extinción y más de 15 especies endémicas, las cuales corren riesgo de sufrir impactos irreparables por la creciente actividad antropogénica.
En Yucatán están asentadas, desde hace años, un total de 507 granjas porcícolas registradas por la Semarnat, de las cuales, 353 están en el Anillo de Cenotes, el 69.62 por ciento.
Asimismo, del gran total, 13 de ellas, cuentan con autorización de Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA), el 2.56 por ciento, lo que arroja que está actividad agropecuaria no es sustentable, además de que no esté regulada y mucho menos supervisada.