Ante la flagrante violación a las leyes federales, peritos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) – Yucatán suspendieron la construcción de un muro en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Baca, que data del siglo XVII, luego de determinar.
El director del Centro INAH-Yucatán, José Arturo Chab Cárdenas, informó de la suspensión de diversas obras que se realizaban en el atrio del templo de la Inmaculada Concepción de Baca.
“Las obras realizadas por la parroquia infringieron la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos”, acotó, al establecer que se notificó al párroco Gabriel Gamboa.
Cabe destacar que esta obra de construcción de un muro causó inconformidad entre la población, problema que se reflejó en las redes sociales, ya que el sacerdote Gabriel Gamboa quitó la reja metálica, para construir un muro.
En virtud de lo anterior, el pasado sábado 4 personal de la sección de monumentos históricos del INAH procedieron a la suspensión de las obras con sellos oficiales en virtud de que dicho templo es un monumento histórico del siglo XVII protegido por las leyes federales y regulado por el INAH.
Explicó que la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y su reglamento precisan que para realizar cualquier obra en un inmueble considerado monumento histórico o colindante a éste se requiere de la autorización expresa del INAH.
Por ende, en ningún momento la Arquidiócesis de Yucatán presentó el respectivo anteproyecto, mucho menos el párroco de Baca.
Resaltó que los templos, capillas, casas cúrales y cualquier edificio histórico al interior del Estado, son propiedad del gobierno federal, por lo que se requiere autorización del INAH para cualquier obra en los inmuebles patrimonio nacional.
De acuerdo con los pobladores, el cura afirmó que cuenta con el permiso de la Arquidiócesis, sin embargo, en ningún presentó el respectivo documento, en tanto que el alcalde Freddy Basto se deslindó de los trabajos de albañilería que ahí se realizan.
La estructura metálica tiene una antigüedad de cerca de 200 años, por lo que vecinos están inconformes con la labor, ya que se les bloqueó el acceso al templo.