Las precarias condiciones que prevalecen en la Central de Abastos de Mérida (CAM) así como la inseguridad y el abandono es consecuencia de la represalia del alcalde Renán Barrera Concha al no poder culminar la donación de terrenos para la instalación del Campus de Escuelas Normales de Yucatán, afirmó el vicepresidente zona Peninsular de la Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centros de Abasto (Connaca), Luis Moisés González Ojeda.
Tan sólo ayer, un hombre se suicidó en el ex dormitorio destinado para los cargadores de la CAM y se detuvo a uno de los vagabundos que bajo los efectos de la droga caminaba en el techo de las naves, a más de seis metros de altura, además de robos, y otras anomalías prevenibles si realmente con la presencia de la Policía Municipal (PMM).
Incluso, en tan sólo 13 meses, en el CAM ya se registraron dos suicidios, y lo peor de todo, no hay un control de las personas que ingresan al inmueble, por lo que en los alrededores deambulan cerca de 20 vagos, quienes han invadido sitios abandonados, propiedad de la comuna, en los cuales ingieren bebidas alcohólicas o consumen drogas.
El también presidente de la Unión de Mayoristas de la CAM afirmó que el inmueble es administrado por el Ayuntamiento, sin embargo no hay estrategias de seguridad ni de vigilancia por parte de la PMM, y cuando acude una unidad de la corporación, sus agentes sólo se enfocan a extorsionar a los propietarios de bodegas así como a sus trabajadores.
Remarcó que continúa el litigio sobre la ilegal donación del terreno donde actualmente está la Escuela Normal de Educación Primaria de Yucatán (Enepy) “Rodolfo Menéndez de la Peña” y de manera oportuna se evitó que donara otros sitios.
Por ende, al truncar la construcción del Campus de Escuelas Normales de Yucatán optó por “castigar” a los locatarios, es la imagen de Barrera Concha la que se deteriora, debido a las precarias condiciones de la Central, pues hay baches, la basura está regada por doquier, es notable el deterioro de las naves, etc.
Además que los locatarios son víctimas de los amigos de lo ajenos, pues les han robado mercancías, herramientas, cablería, e incluso, las cámaras de seguridad.
La situación se complica con la fauna nociva, pues en el CAM deambulan cerca de 30 perros callejeros, y a pesar que ya se solicitó la intervención de la Unidad Canina, no hay respuesta alguna.
Incluso, en días pasados, una trabajadora fue atacada y mordida por un perro, por lo que sufrió lesiones en un tobillo, y la comuna se deslindó de lo ocurrido.