La construcción de parques de energía renovable aumenta en Yucatán, debido a que recientemente, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) recibió la documentación correspondiente para el proceso de autorización de un estudio de impacto ambiental para la edificación en Peto de un centro de tipo fotovoltaico.
Por ende, sería el quinto en establecerse en la entidad, a lo que se sumarán otros 19 proyectos que están en estudio.
La Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat reportó que recibió la documentación correspondiente para el proceso de autorización del estudio de impacto ambiental para el proyecto ‘Parque fotovoltaico SAAS’ que promueve la firma Energías Renovables SAAS, Sociedad de Responsabilidad Limitada de Capital Variable.
El proyecto recibido por la Semarnat consiste en la construcción y operación de un parque solar fotovoltaico con conexión a la red de 59.15 MW de potencia en AC y 70 MW en DC, todo ello sobre una superficie de un millón 665 mil 298 metros cuadrados.
La central eléctrica estaría ubicada en la región de Peto, contará con 128 mil 464 módulos fotovoltaicos de 545 Wp cada uno, además si indica que serán instalados 338 inversores, un sistema colector a 34.5 Kv, una subestación elevadora de 34.5/115 Kv y una línea de transmisión eléctrica de 115 Kv que tendrá una longitud de 1389 metros; así como caminos de acceso y caminos internos y varias obras de apoyo.
El proyecto de generación de energía solar denominado Parque Fotovoltaico Energías Renovables Saas, a ubicarse en Peto, ingresó a evaluación ambiental ante la Semarnat.
Con relación a las especies protegidas o en alguna categoría de riesgo, se detectaron en total 34 especies, siete fueron especies de herpetofauna (un anfibio, seis reptiles), seis de mamíferos y 21 de aves; enlistadas ya sea en la normatividad nacional (NOM-059).
En el MIA se lee que seridentificaron 17 impactos residuales a consecuencia de la construcción de la planta fotovoltaica, los cuales se refieren al impacto en la composición y poblaciones de vegetación forestal y no forestal, la mortalidad de fauna por atropellamiento, la disminución en la calidad del aire por emisiones y dispersión de polvos por maquinaria vehículos y la contaminación de las aguas por infiltraciones de sustancias, vertidos o arrastres.
No obstante, se asegura que después de la aplicación de medidas de mitigación, es posible disminuir considerablemente estos impactos si dichas medidas son generadas y aplicadas correctamente, además de la posibilidad de establecer medidas compensatorias.
“Se considera que los impactos que se generaron en el ambiente por la implementación del proyecto no tendrían repercusiones graves sobre el ecosistema, ya que se tomarán las medidas necesarias para mitigarlas. Aunado a esto, como resultado de la valoración de impactos, ninguno de ellos resultó como crítico y, por último, el promovente se encargará de que se apliquen las medidas de mitigación y/o compensaciones necesarias para disminuir el grado de afectación de los impactos sobre el ambiente”, se añadió en el documento.
Los tres permisionarios de “Energía Renovable de la Península” son la central de San Ignacio, comisaría de Progreso, con capacidad de 90 megawatts, así como “Fuerza y energía limpia de Tizimín”, con capacidad de 76 MW, y “Eólica del Golfo”, en Dzilam de Bravo, con capacidad de 70 MW.
También está el permisionario Basol San Ignacio, en progreso, con una capacidad de 18 MW, y Photoemeris Sustentable, en Justicia Social, comisaría de Peto, con 30 MW, ambos con aprovechar la energía fotovoltaica.