Debido al grave y añejo problema que prevalece con la proliferación de asentamientos irregulares en los humedales de Yucatán, se confecciona un plan piloto para la reubicación de familias de Chicxulub Puerto, reveló el encargado del despacho de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Jesús Lizárraga Veliz.
Adelantó que en breve definirán la fecha para la presentación de esta estrategia, así como el número de beneficiarios aún y el lugar donde instalarán a los beneficiarios.
Recordó que ayer se celebró el Día Mundial de los Humedales, y expresó que los asentamientos irregulares generan un grave daño al entorno natural, a pesar que toda la extensión costera forma parte de diversas Áreas Naturales Protegidas (ANP), tal el caso de la Reserva Estatal de Ciénegas y Manglares de la Costa Norte de Yucatán.
Cabe destacar que al año se pierde 100 hectáreas, que se suman a las 20 mil ya afectadas, de acuerdo con los estudios de los especialistas de la Unidad Mérida del Cinvestav así como de la UNAM.
Hasta el momento no hay un censo sobre el número de asentamientos irregulares que hay en los 378 kilómetros de humedales costeros de la entidad, y de acuerdo con la ex comisaria de Chicxulub Puerto, María Elena Figueroa León, tan sólo en esta población hay cerca de 500 asentamientos irregulares.
La situación se complica aún más, debido a los especuladores, quienes venden el lugar una vez que lo regularizaron, y posteriormente acuden a otro sitio para invadirlo y luego comercializarlo.
Aunque hay un plan piloto para la reubicación de familias, según reveló el encargado del despacho de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Jesús Lizárraga Veliz, sin embargo, hasta el momento no hay una fecha específica, aún no se determina el lugar donde las instalarán y mucho menos el número de beneficiarios.
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Sustentable, la región está conformada por cuatro ANPs, las Reservas de la Biosfera de Ría Celestún y de Ría Lagartos, así como la Reserva Estatal de El Palmar, y la Ciénegas y Manglares de la Costa Norte, ésta última está conformada por los municipios de Hunucmá, Ucú, Progreso, Ixil, Motul, Dzemul, Telchac, Sinanché, Yobaín, Dzidzantún y Dzilam de Bravo, con una superficie de 54 mil 776.72 hectáreas.
El objetivo de esta Área Natural Protegida, es el desarrollo regional a través de obras de restauración, conservación y manejo de los ecosistemas contenidos en la reserva, que aseguren la calidad de vida de la población y disminuyan la vulnerabilidad socio – ambiental, y que promuevan la recuperación de la biodiversidad, el incremento de la producción biológica, la protección a la barra arenosa y la creación de alternativas económicas.
Por ende, se considera un sitio prioritario para la conservación de ecosistemas, albergando una diversidad significativa de flora y fauna, así como por poseer asociaciones vegetales que son hábitat, y proveen refugio y alimento a un gran número de especies.
Asimismo, posee selva baja caducifolia, selva baja inundable, vegetación secundaria, duna costera, petenes y pastizales y cuatro especies de mangle.
Pero, todo ello corre peligro debido a los asentamientos irregulares, ya que las familias invasoras rellenan el lugar con escombros y residuos domésticos, con tal de tener un suelo firme, para luego tener una delimitación, así como una pequeña casa endeble y sin servicios.
Tal relleno afecta directamente la circulación del agua en el sitio y deja grandes extensiones de mangle aislado, por lo que tiende a desaparecer paulatinamente.
El representante de la Profepa en Yucatán aseveró que hay una interacción entre el gobierno municipal, estatal y federal para resolver el problema asentamientos irregularidades.
Resaltó que “es un problema real, el cual prevalece en toda la costa yucateca, pero es más notable en el municipio de Progreso”, en especial, Chicxulub Puerto, cuya invasión de terrenos va de la ciénega hasta la carretera del libramiento entre Chicxulub puerto y Progreso, ubicado a 100 metros del área habitada.
Incluso, continúan los pleitos encabezados por lideresas aludiendo ser dueñas de los espacios para sus allegados.
Lizárraga Veliz reconoció que hay familias que realmente necesitan de una vivienda, pero desafortunadamente ya se detectaron a especuladores, los cuales “invaden, rellenan y luego venden”.
Ante la situación que prevalece, se establece un plan piloto para reubicar a las personas que están en Chicxulub, pero se requiere de recursos para concretarlo.
Las familias invasoras viven en situación precaria, en primer lugar, el lugar es rellenado con desechos de envases, plásticos, cartón, papel, etc, lo que se convierte en un foco de infección.
Además de que las viviendas son endebles, por lo que pueden ser derribadas por los fuertes vientos que origina un norte, y más aún, un huracán.