Ante la reciente identificación de microorganismos de la microbiota intestinal relacionados con la producción de neurotransmisores, especialistas mexicanos afirmaron que este hallazgo disminuirían los síntomas del mal de Alzheimer.
Asimismo, los estudiosos de dos universidades y un centro de investigación coincidieron en el aumento de esta patología, la cual, en el caso de Yucatán, en este año se ha triplicado.
El análisis de la microbiota intestinal, conjunto de bacterias, hongos y virus que viven en el organismo, es cada vez más relevante para el entendimiento de la salud, sobre todo al considerar que el cuerpo humano tiene 10 veces más células bacterianas en comparación con las propias, esto significa una participación de los microorganismos en diversos procesos fisiológicos.
El especialista del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Jaime García Mena, afirmó que uno de los últimos hallazgos sugiere que el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer podría verse atenuado cambiando la microbiota intestinal, retrasando así el deterioro cognitivo y reduciendo las respuestas neuroinflamatorias relacionadas con la amiloidosis cerebral.
Recalcó la importancia de la microbiota bacteriana en la salud humana, al mencionar que ciertos elementos necesarios para el cuerpo humano son producidos por bacterias, como moléculas relacionados con neurotransmisores del sistema nervioso.
El estudioso del Departamento de Genética y Biología Molecular del Cinvestav, en compañía de Karina Corona Cervantes, aseveró que en ese punto se sustenta el estudio, al analizar el desarrollo de la enfermedad en modelo preclínico, animales genéticamente modificados, para producir sintomatología del Alzhéimer.
El estudio consistió en examinar el progreso de la sintomatología de la enfermedad neurodegenerativa en roedores, a cuya madre se le administraron antibióticos durante la lactancia; al tiempo que se monitoreó el proceso de un grupo control de roedores sin antibióticos de por medio.
“Sabemos que la microbiota de la madre tiene influencia en la salud de las crías a través de la leche materna; de ese modo, el uso de antibióticos durante la lactancia también influye en las bacterias transferidas”, acotó.
Con ese antecedente, el experimento buscó identificar los cambios en el tránsito de la enfermedad de las crías cuando se disminuye la microbiota de la madre, incluyendo bacterias que, por alguna razón, podrían estar relacionadas con el alzhéimer, como es el caso de aquellas con lipopolisacáridos en su estructura, señaló Corona Cervantes.
Además, los investigadores realizaron pruebas conductuales en la progenie, así como el análisis de la presencia de la proteína tau y placas amiloides en distintas regiones de su hipocampo, las cuales están relacionadas con la muerte neuronal en la enfermedad de Alzheimer.
Entre los resultados destacados de la investigación, sobresale el hecho de que las crías de las madres administradas con antibióticos no presentaron tantos síntomas de la enfermedad en etapas tempranas, o su presencia era más tardía. Además, tenían menos placas amiloides en el hipocampo, que es una de las características principales del alzhéimer, su comportamiento conductual fue más normal y se reconoció una mejor memoria. Sin embargo, la proteína tau estuvo tanto en el grupo control como en el experimental.
De esa manera se vio que, al emplear antibióticos, se modificó la microbiota y favoreció la presencia de bacterias que producen precursores de neurotransmisores y moléculas protectoras como es el caso de las bacterias Lactobacillus, Klebsiella y Suterella, mejorando la condición neuroinflamatoria.
Estos resultados confirman la relación de la microbiota con esta enfermedad neurodegenerativa. Aunque, a decir de la estudiante de doctorado del Cinvestav, solo es un “pequeño acercamiento” para mejorar condiciones de las personas con la enfermedad, ya que es necesario identificar metabolitos específicos capaces de emplearse como blancos terapéuticos o incrementar su producción a partir de probióticos específicos.
Para Karina Corona Cervantes, lo más destacado del estudio es reconocer la importancia de la microbiota en diferentes estadios de salud, desde enfermedades metabólicas hasta las del tipo neurodegenerativas, por lo que recomendó seguir una dieta adecuada para mantener en buena condición a la microbiota y procurar el uso de antibióticos solo en casos necesarios.
El estudio, publicado recientemente en el International Journal of Molecular Sciences, contó con la participación de Gustavo Pacheco López y Sofía Yolanda Díaz Miranda, investigadores de la UAM y UNAM, respectivamente, así como de Jaime García Mena y la alumna de doctorado.