La presencia del pez león en los mares de Yucatán sigue sin control, debido al desinterés socioeconómico para su aprovechamiento, al menos por parte del sector restaurantero, afirmó el especialista de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Alfonso Aguilar Perera.
En Quintana Roo y Veracruz, el consumo de esta especie ha permitido su control, y por ende, se evita su proliferación, pero en Yucatán ninguna empresa apuesta por incluirla en su menú, y la situación se torna más compleja en Campeche, ya que no hay información alguna.
Recordó que en 2011 empezó la investigación de la invasión del pez león en Yucatán, labor que se inició en el Parque Marino Nacional Arrecife Alacranes.
Señaló que se le da un seguimiento al respectivo estudio, pero se suspendió a consecuencia de la pandemia de Covid-19.
Expresó que también se busca alternativas para su uso, comercialización y consumo para los humanos, ya que es una fuente rica de proteínas, como cualquier otro tipo de pescado.
Señaló que a los pescadores se les demuestra que es una alternativa para su comercialización, pero muchos continúan con la captura de la langosta, el pulpo y el mero, debido a que no hay el mercado ni la compañía que les compre su producto.
El académico catalogó que la invasión en Yucatán “es de cuidado y amplia”, pues la especie se encuentra desde un metro hasta los 50 metros de profundidad”.
“En lo personal, hasta los 40 metros he podido bucear y constatar que a esta profundidad es abundante”, pero es peligroso llegar, en especial, para los pescadores que carecen del equipo y la capacidad adecuada”, acotó.
Resaltó que a esa profundidad los ejemplares son grandes, de hasta 50 centímetros de largo, e incluso, tiene un ejemplar congelado que mide 48 cm.
El entrevistado aseveró que en Quintana Roo, el problema está controlado, ya que hay un mercado de consumo de la especie, por lo que los pescadores los captura y los venden a los comercios dedicados a guisar la especie, para el consumo humano.
Mencionó que en Veracruz hay un consumo bajo de esta especie, pero no hay información alguna en Campeche.
Mientras que el mar de Yucatán es el más invadido de toda la Península, es decir, la especie se reproduce sin control alguno.
Aguilar Perera afirmó que “el pez león no es una amenaza contundente, es una amenaza potencial y latente en Yucatán”, pero se requiere de recursos financieros para poder estudios descriptivos, de contenido estomacal, para constatar lo que está comiendo, así como su talla, y su abundancia.
“Es contundente cuando se tenga evidencia de que esté afectando a una especie, y hasta el momento no hay evidencia de que esté consumiendo langostas ni mero”, subrayó.
Sn embargo, se requiere de más estudios para saber si la situación ya cambió, por lo que convocó a los pescadores a tomar muestras de pez león, pero para ello, se requiere de recursos para poder pagar el producto.
Al mismo tiempo, la situación se complica debido a las condiciones del mar de Yucatán, ya que el agua es turbia, a excepción del verano, cuando es más transparente, mientras que en Quintana Roo, todo el año se mantiene cristalina.