Bajo las consignas de “Wa mina’anto’on derechos, mina’anto’on justicia” y “Mix páajtalilo’ob mina’anto’on p’is óolal mix jeets óolal”, las mujeres mayas del Chuunt’aan se plantaron a las puertas del Congreso del Estado para exigir a los diputados la revisión de leyes y políticas públicas contra la violencia de género.
Todo ello, debido a que actualmente no garantizan una vida libre de violencia a las mujeres mayas ni respetan su Derecho a la Libre Determinación.
Sin embargo, nuevamente fueron ignoradas y no les permitieron el acceso al Pleno del Legislativo para dialogar y exponer sus peticiones.
Como se recordará, el pasado 25 de noviembre, durante la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres (#25N), las mujeres mayas del Chuunt’aan entregaron un pliego petitorio en el Congreso. Al no obtener respuesta a sus demandas, decidieron manifestarse en el recinto.
A las 11 horas de este miércoles, las ciudadanas, con banderas y pancartas, insistieron en que las leyes establecidas para erradicar la violencia de género son racistas, pues fueron realizadas sin contemplar el modo de vida y lengua de las mujeres mayas.
“Nos despojaron de nuestros modos de hacer justicia. Todo con la promesa de que así nos garantizarían protección, seguridad y vivir una vida libre de violencia. Pero eso que ustedes llaman ‘una vida libre de violencia’ no existe para nosotras. Nos encontramos que hoy en día, sus leyes no están garantizándonos una vida buena, porque con todo y esas leyes, las mujeres seguimos siendo golpeadas y asesinadas. Y si nos defendemos para proteger nuestras vidas, somos encarceladas. Y aún sin cometer crimen alguno, somos tratadas como delincuentes”, declararon.
Reiteraron que la población maya siempre ha tenido un sistema de justicia y normativos que han intentado desmantelar con leyes creadas por personas “desde sus oficinas, respondiendo solo a los intereses de los poderosos, de lejitos” y sin incluirlas. Además, mencionaron que dichas normas no son eficientes, pues no han logrado combatir la violencia de género en el estado.
“Aunque solo cuatro casos fueron catalogados como feminicidios, este año ocho mujeres fueron asesinadas con violencia en Yucatán. ¿Con qué cara nos piden que confiemos en su sistema de justicia? ¿Con qué cara nos afirman que nuestro sistema de justicia no funciona y el de ustedes sí?”, cuestionaron abiertamente.
Las mujeres mayas del Chuunt’aan exigieron a las y los diputados garantizar el Derecho a la Libre Determinación y respetar su derecho a solucionar sus conflictos “como lo saben hacer”. De igual forma, solicitaron eliminar las leyes que criminalizan el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo.
También pidieron la liberación de Zelina, mujer encarcelada en el Centro de Reinserción Social (CERESO), de Tekax; y la absolución de las mujeres acusadas de homicidio en razón de parentesco por haber tenido un aborto espontáneo.
Si bien las mujeres mayas del Chuunt’aan solicitaron el acceso al Congreso para dialogar con las y los diputados, personal del Legislativo no lo permitió: argumentó que el cupo en el sitio era limitado por la pandemia de Covid-19. Tras dos horas de espera, las ciudadanas decidieron entregar el documento con el posicionamiento en la Oficialía de Partes y se retiraron.
“Hoy, una vez más, observamos el desprecio y el racismo de las y los diputados, pues ante la presencia de las mujeres mayas del Chuuunt’aan ninguno quiso bajar para dialogar con nosotras. ¿Acaso no es una forma de violencia contra las mujeres?”, expresaron.
Cabe mencionar que dos empleados del Legislativo alcanzaron a un par de mujeres rezagadas y ofrecieron una cita con personal jurídico. Esta fue rechazada, dado que el documento había sido entregado en la Oficialía y la mayoría de las integrantes del Chuunt’aan ya se había retirado.
Chuunt’aan significa “conjuntar la palabra”: era la forma en que se hacían acuerdos entre varios pueblos. Ahora, personas de diferentes poblaciones mayas se están organizando y generan acuerdos para exigirle al gobierno el respeto a sus derechos, por eso retomaron el nombre del Chuunt’aan.

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