Los pobladores del Norte de Mérida resentirán, a corto plazo, los efectos de las micropartículas que emana la cementera instalada en el Polígono Industrial de Progreso, generando complicaciones pulmonares y padecimientos crónicos en los menores de edad y en los senescentes, advirtió el secretario general de la Asociación Maya Peninsular, Raúl Quiroz Moo.
La problemática empeorará durante la temporada invernal, ya que el viento de los nortes y los frentes fríos transportarán los contaminantes hacia Mérida, afectando a los habitantes de las colonias y fraccionamientos del Norte de la ciudad.
Mientras que el resto del año, las partículas y micropartículas laceran a las familias de Flamboyanes, comisaría de Progreso, dada la cercanía que hay entre el poblado y la Planta de Molienda de Cementos Fortaleza, situación en la que también se ven afectados los pobladores de Umán, con la Planta de Molienda de Holcim México.
La situación empeorará con la llegada de la empresa cementera Cruz Azul, mientras que a la empresa Comercio para el Desarrollo Mexicano (CDM) del Sureste ya le autorizaron el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) para la construcción de su planta de molienda de cemento, ambas a instalarse en el Polígono Industrial de Progreso.
“Si con una planta cementera se prevén serios problemas en la población de Progreso y Mérida, con tres la situación será peor”, remarcó.
Quiroz Moo destacó las advertencias de especialistas en torno al daño de las micropartículas que generan las cementeras, las caleras, y los bancos de materiales, las cuales contribuyen al desarrollo de enfermedades crónicas y pulmonares, e incluso, la aparición de enfermedades neurodegenerativas, tal el caso de la enfermedad de Parkinson, la depresión, el autismo y la ansiedad.
Especialistas mexicanos advirtieron que las micropartículas emitidas por las caleras y cementeras provocas daños en el sistema respiratorio de las personas, y a mediano plazo la situación se complica al volverse problemas crónicos.
Reciente estudio demostró que la contaminación ambiental es un factor determinante para las enfermedades neurodegenerativas, anomalía que aumento con las caleras y las cementeras.
Entre los especialistas que están en contra de dichas empresas del ramo de la construcción están el presidente del Colegio de Ingenieros Químicos de Yucatán (CIQY), Alan García Lira; el director del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Antonio Vieyra Medrano; el presidente de la Sociedad Yucateca de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Syisaac), Abar Wilde Yerves Maldonado.
De igual forma, el presidente de la Academia Mexicana de Impacto Ambiental (Amia), Daniel Basurto González y las especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Andrea de Vizcaya Ruiz y María de los Ángeles Andrade Oliva.