Cuentan por ahí…

PorIP

May 19, 2021
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  • Crónica de un proceso anunciado
Luis Sierra Martínez lucasierramartinez@gmail.com

Al principio del proceso electoral, el cielo de Mérida se tiñó blanquiazul en el camino de las elecciones para la alcaldía, ante los nubarrones que afectaban tanto a su histórico rival como el naciente partido “oficial”. Pero los vientos han cambiado, lo que tiene confusos a los meteoropolíticos locales, y a unos días que se realicen las elecciones, el cielo amenaza con tornarse tricolor.

En los inicios de la campaña, el cielo blanquiazul le robó una sonrisa al panista Renán Barrera Concha, como si le estuvieran tomando una foto. No era para menos, las encuestas le daban el triunfo para reelegirse por tercera ocasión como alcalde Mérida, Yucatán, con más de 10 puntos porcentuales sobre su principal opositor. Su equipo de campaña ya estaba en las calles, en esa mañana de cielo claro de buenos augurios, llenando la ciudad de pancartas blanquiazules, que ahora son amenazadas por nubarrones.

Mientras el clima les era favorable, el histórico rival enfrentaba tormentas por la división entre su candidato Jorge Carlos Ramírez Marín y el presidente estatal priista Panchito Torres Rivas, y con el chapulineo de militantes a otros partidos políticos, hasta a los blanquiazules les tocó al ser parte de su planilla la ex líder camaral y procuradora, siendo militante del PRI, Celia Rivas.

Con Morena, los rayos azuzaban la tormenta y su caudal se bifurcó por la imposición desde el centro del país y del exgobernador priista Rolando Zapata Bello, de su candidata, la senadora, ex priista y verdecologista, Veronica Camino Farjat, y hasta la fecha las inundaciones les han impedido avanzar y están fuera de la contienda por más que presuman lo contrario.

Conforme avanzó el día, Renán Barrera desplegó por todos los medios su propaganda de Más Mérida, sin nada más novedoso que ofrecer, solo llevarla a las olvidadas y marginadas comisarías de Mérida, incluso volviendo a promover en esos lares la Noche Blanca. Son las mismas comisarías que junto con el sur de la ciudad, les anunció días antes de la contienda electoral una inversión récord, y donde por cierto, específicamente en la sureña de Dzunucán, el ícono del deporte yucateco, quien cambió las olimpiadas por la candidatura a diputado por el blanquizul, Rommel Pacheco, fue abucheado. Siempre han sido olvidadas y ahora les prometen Más Mérida.

A medio día, el cielo estaba tranquilo, no había vientos, todo estaba quieto, pero la gente ya se había cansado de lo mismo, de los privilegios al norte sobre el marginado sur, de una administración sin grandes cambios a la ciudad a excepción de la  criticada instalación de costosos maceteros para el centro histórico con inapropiados árboles que no crecieron más allá de su gestación; de una inadecuada planeación para la ciclovía, y hasta acusaban al Ayuntamiento que presidió Barrera Concha del cambio de paraderos. Pero sobre todo, de la opacidad de la Comuna durante la pandemia y en el proceso de vacunación.

En los últimos días, Barrera Concha quiso dar muestras de ser un hombre renovado, de ideas nuevas y buscó un impulso con la visita del expresidente Felipe Calderón Hinojosa a quien acompañó a un diálogo con el sector empresarial y líderes de blanquiazul, a estos últimos de cómo renegar de su partido y seguir en la pelea, y como hacerse de la vista gorda ante un secretario de seguridad narco y corrupto.

Lo más probable es que Barrera Cocha buscaba la cercanía con personas afines, ante la ruptura interna del PAN a nivel local al presentarse en su campaña prácticamente sólo, sin el apoyo de los otros actores políticos del partido.

Mientras que el gobernador panista, Mauricio Vida Dosal, desde que empezó la campaña se le ha visto muy activo, como si los cielos blanquiazules lo hubieran reactivado y ha estado de gira por el interior del estado y la capital, supervisando el proceso de vacunación en sitios tapizados con logos del Gobierno estatal y tomándose fotos forzadas, hasta con las manos en la cintura, mostrando su humildad, comprando polcanes, helados, panes, al estilo de Ricardo Anaya; pero sobre todo, anunciando a los cuatro vientos grandes inversiones, incluso de una oficina de una empresa de desarrollo de software –como hay muchas en la ciudad-, y presumiendo la recuperación económica y de empleos en plena campaña electoral.

A su vez, el “Gordito” Marín se puso su impermeable y salió bien librado de los nubarrones, incluso la división con la dirigencia estatal hizo disipar más rápidamente los oscuros vientos, al lograr desligarse de un criticado y agónico partido, y posicionarse más como un candidato quien desde su primer discurso apuntó a la unión de los meridanos, de las dos Méridas.

La ventaja es que es conocido por casi todo el electorado no solo de Mérida sino de Yucatán, por sus encargos legislativos previos y su imagen a nivel local y nacional, y tiene mucho peso con sectores importantes de Mérida. Además, sus propuestas son viables, ya que las ha aplicado en sus diferentes ámbitos, como la de la Clínica y el acceso a la salud para las clases populares, que le ha dado muchos puntos a su favor.

También ha sabio tener empatía con la ciudadanía y su canción “Gordito Marín” ya alcanzó el primer lugar en popularidad, hasta en las familias de abolengo y las blanquiazules se tararea.

Tanto Barrera Cocha como Ramírez Marín tienen cola que les pisen, acusaciones de mal ejercicio de su labor como funcionarios, pero curiosamente, en este proceso electoral han brillado por su ausencia, incluso en los medios de comunicación.

Tanto en el comité directivo estatal del PAN como del PRI y el PRD, saben de la existencia de un pacto nacional, sacar a Morena de la mayoría de la Cámara de Diputados, el cual también contempla no atacarse en las campañas locales, a pesar de ser adversarios. Como la prensa canta al son que le paguen, también participa en el juego. Sin proponérselo, han dado un giro interesante al proceso electoral, campañas en las que los candidatos se dediquen a hablar de sus pros más que señalar los contras de su contrincante. Ojalá perdure, aunque no a todos les acomoda, pero ya se irán acostumbrando.

Conforme se acerca el ocaso del proceso electoral, los cielos son inciertos, de colores dispersos, las últimas encuestas advierten que Ramírez Marín no solo ha logrado reponerse de sus inciertos inicios, sino que ya se coloca en el primer lugar de la preferencia del electorado, seguido muy de cerca de Barrera Cocha, hasta puede hablarse de un empate técnico.

¿Se cumplirá el mito de que caballo que alcanza gana? A los ciudadanos nos compete salir a emitir nuestro voto y decidir si seguimos con un tercer trienio con Barrera Concha o buscamos el cambio con el redimido Ramírez Marín, el candidato de mayor peso que pudo presentar el partido.

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