• Ante las ineficaces medidas para frenar la pandemia

MÉRIDA, Yucatán.- Las acciones implementadas por el Gobierno del estado que prefirió abrir el 95% de las actividades de la entidad antes de tiempo que controlar eficazmente la epidemia del Covid-19 y otras más que ha tenido que echar marcha atrás, ha generado que Yucatán sea uno de los cinco estados del país que aún se mantenga en semáforo anaranjado.

Incluso, ayer el Gobierno del Estado, omitió el boletín sobre el número de contagios y defunciones registrado ese día –ya que a diferencia del Gobierno federal se resiste a dar ruedas de prensa-,  y en su lugar, acompañando las gráficas de la evolución de contagios y defunciones puso un boletín sin editar del discurso del titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Luis Felipe Saidén Ojeda, sobre la colocación de nuevas cámaras de seguridad.

En lugar del comunicado oficial de la Secretaría de Salud pusieron el del titular de la SSP

La realidad es que sin saber el número de contagios y muertes registradas ayer, de acuerdo a las gráficas se han confirmado 35,635 contagios oficiales y 3,873 defunciones, lo que nos da una alta mortalidad del 10.8%.

Incluso febrero y marzo pasados se han instalado entre los cuatro meses con mayor número de fallecimientos desde que apareció la pandemia. El mayor número de defunciones fue en agosto con 836 finados, seguido de julio con 700, ambos en 2020. Marzo quedó en cuarto lugar con 318 y febrero con 316,  ambos en este año.

El problema es que puede registrarse una nueva ola a fines de mes ante los miles de yucatecos irresponsables que abarrotaron las playas yucatecas en Semana Santa y Semana de Pascua, principalmente Celestún, el playón de Chuburná -de los más concurridos-, Chicxulub Puerto, Techac, ante la pasividad de las autoridades que solo prohibieron la entrada a las playas ubicadas frente al malecón de Progreso, como si esa fuera toda la costa. Por cierto, el gobernador Mauricio Vila Dosal afirmó que esta medida de cerrar únicamente el malecón de Progreso fue tomada por el comité estatal de salud conformado por “los principales epidemiólogos de Yucatán”: tres directores de escuelas de medicina de universidades prestigiosas y dos médicos más.

El Playón de Chuburná, de los más concurridos y sin medidas sanitarias

Mismos especialistas que propusieron alejar los paraderos del centro de la ciudad a mediados del año pasado obligando a personas mayores, mujeres embarazadas y niños a caminar más de un kilómetro para tomar su camión urbano, supuestamente para evitar que se junten las largas filas para subir al transporte, pero sin hacer un plan para frenar las aglomeraciones al interior de las unidades. Mientras que restringían la movilidad a dos pasajeros por automóvil, obligando a los demás miembros de la familia a abordar los camiones urbanos, que se convirtieron en el principal foco de contagio.

Hace unos días, el Gobierno de Vila Dosal dio marcha atrás y regresó los paraderos del transporte urbano a su lugar de origen, contradiciéndose al alegar que no hay peligro para la salud de los usuarios.

A esto se suma las macetas que instaló en el centro de la ciudad para frenar la movilidad vehicular y que ahora tuvo que retirar algunas para dar entrada a los paraderos –de las cuales no se sabe su destino, ya que cada una costó 2,700 pesos-. Estas macetas están generado un caos vial que en lugar de beneficiar afecta al centro de la ciudad.

Pero eso sí, en sus boletines de prensa Incluso, la Secretaría de Salud de Yucatán ha insistido que se registra “un incremento importante en los ingresos hospitalarios, por lo que pedimos a la población no bajar la guardia y continuar actuando con responsabilidad y siguiendo las medidas sanitarias, para evitar comprometer nuestra capacidad hospitalaria e interrumpir el proceso de reactivación económica”.

Ante tales medidas que no solo no han dado resultado para frenar la pandemia, sino que además han generado la inconformidad de los yucatecos, el Gobernador apuesta a las vacunas para combatir la pandemia.

Mientras tanto, del 12 al 25 de abril Yucatán se mantiene en semáforo naranja o en riesgo, junto con Baja California Sur, Chihuahua, Edomex y CDMX.

En amarillo se encuentran: Baja California, Sonora, Sinaloa, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Queretaro, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Aguascalientes, Tabasco, Q. Roo y Puebla.

Mientras que en verde se encuentran: Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Nayarit.

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