- El confinamiento agrava la depresión
MÉRIDA, Yucatán.- Ante el confinamiento por el Covid-19, los suicidios van al alza en Yucatán, al grado que durante el primer trimestre del año se registraron en el estado 62 casos, lo que representó un aumento de cerca del cinco por ciento con respecto al mismo período de 2020, reveló la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY) y la Fiscalía General del Estado (FGE).
Para la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey), el suicidio constituye un problema para la salud pública en la entidad. No es para menos, es la cuarta entidad federativa con mayor índice de suicidios, al alcanzar una tasa de 8.8 por cada 100 mil habitantes.
El problema se ha agravado con la pandemia, ya que de acuerdo a los especialistas el confinamiento ha incrementado el número de casos de estrés, ansiedad, depresión, desesperación y angustia en la entidad; además de que ha impedido que personas con esos padecimientos acudan a su médico para algún tratamiento.
El profesor investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Luis Ricardo González Franco, precisó que por el confinamiento de casi un año por la pandemia la depresión ataca cada vez más a los adultos mayores y afecta sus hábitos alimenticios, lo que los hace más vulnerables.
La Codhey recalcó que en Yucatán, durante las últimas décadas el suicidio se ha mantenido como un problema de salud pública, su sitio entre las primeras 20 causas de defunción ha oscilado entre el lugar 15 y 16, inclusive por arriba del SIDA.
Explicó que el suicidio puede aparecer a raíz de cualquier acontecimiento desagradable debido a factores emocionales como la desesperación, la angustia, el dolor, entre otros, los cuales crean una confusión y desesperanza en el individuo en quien se origina un conflicto interno y éste intenta salir o escapar de la situación por lo que en muchas ocasiones contemplan el suicidio.
El problema se agrava con la pandemia, ya que de acuerdo con especialistas el confinamiento ha incrementado el número de casos de estrés, ansiedad, depresión, desesperación y angustia.
De acuerdo a las estadísticas, la conducta de autodaño se registró en 62 ocasiones en la entidad, durante el primer trimestre del año, de los cuales, 20 corresponden a enero, 18 son de febrero y 24 de marzo. El aumento es del 5.1 por ciento con respecto al mismo período del año pasado, cuando la suma fue de 59.
Esto significa que en promedio se registraron dos casos cada tres días, y de cada 10 personas que decidieron salir por la puerta falsa, nueve optaron por el ahorcamiento.
En cuanto al género, de cada cinco personas que perdieron la vida debido a la mortal lesión auto infligida intencionalmente, una fue mujer y todos los casos fueron por la vía del ahorcamiento.
Asimismo, del total de personas que tomaron la fatal decisión 55 se ahorcaron, la mayoría con la soga de la hamaca o los brazos de la misma, otros optaron por colgarse de un árbol, etc.
Hasta el momento, sólo hay un caso de suicidio registraron en el interior de una cárcel pública, específicamente, el 18 de enero, en Tekal, donde Faustino Mis Collí, tras ser detenido por riña cometida en estado de ebriedad, se ahorcó con su ropa.
Mientras que dos personas optaron por la intoxicación medicamentosa, ambos hombres, de los cuales el que más llamó la atención fue el huésped del Hotel San Patricio, ubicado en la calle 57 entre 52 y 54 del Centro Histórico de Mérida, quien padecía de depresión.
El único caso de suicidio con el empleo de un arma de fuego se registró el 10 de marzo pasado, cuando César N., de 17 años de edad, tomó su rifle calibre 16 y se dio un tiro cuando se encontraba en el interior de su predio, ubicado en la calle 32 A entre 43 y 45 de la colonia Guadalupe, en Hunucmá.
En cuanto al género, fueron 50 hombres que autoatentaron contra su vida, el 80.6 por ciento, y 12 mujeres, el 19.4 porcentual.
Llama la atención que todas las féminas que adoptaron la conducta de autoeliminación utilizaron el ahorcamiento, pues cada vez son menos las que se cortan las venas o con la ingesta masiva de medicamentos.
Con base a la estadística proporcionada, menos de la mitad de las personas que se privaron de la vida eran originarios de Mérida o radicaban en la capital yucateca. Es decir, 24 son de Mérida, el 38.7 por ciento; seguido de Kanasín, con 10 casos, y Valladolid con seis personas que decidieron terminar con sus días. Tres individuos eran Hunucmá, y dos de Kinchil, que representan el 4.8 y el 3.2 por ciento, respectivamente.
El resto de las personas que ofrendaron su vida a Xtab, diosa maya del suicidio, son de Acanceh, Akil, Buctzotz, Chapab, Chemax, Espita, Izamal, Kopomá, Mayapán, Motul, Oxkutzcab, Tahdziú, Tekal, Tekax, Tepakán, Ticul, y Tizimín.