- Permanecerá cerrado: INAH-Yucatán
MÉRIDA, Yucatán.- El descenso de Kukulcán para fertilizar la tierra y que marca el inicio de la primavera en Chichén Itzá volverá a pasar desapercibido para los más de 50 mil turistas, gnósticos, religiosos, curiosos que se dan cita para disfrutar ese fenómeno arqueoastrónomico, ya que el sitio permanecerá cerrado.
El jefe del Jurídico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)–Yucatán, José Arturo Chab Cárdenas, destacó que el sitio cerrará el 20 de marzo y reabrirá hasta el día 23, por lo que no podrá apreciarse este fenómeno de luz y sobra que marca el equinoccio de primavera, reveló.
El horario de vista es de 8:00 a 16:00 horas, “siguiendo los protocolos sanitarios que marca la nueva normalidad, con el establecimiento de medidas sanitarias, aforo permitido, y grupos reducidos, a fin de garantizan la salud de las personas visitantes y las que laboran en la zona arqueológica”, apuntó.
Expresó que la decisión se tomó debido a que el semáforo epidemiológico de Yucatán permanece anaranjado, y ante todo buscan cortar la cadena de transmisión de la pandemia.
La postura “se hace del conocimiento público, que es en base al lineamiento general para la mitigación y prevención de Covid-19 en espacios públicos abiertos, publicado por la Secretaria de Salud en la página coronavirus.gob.mx, y de acuerdo al semáforo epidemiológico en que se encuentra actualmente el Estado de Yucatán”.
Durante 2020, tras la aparición del Covid-19 en el país, Chichén Itzá cerró sus puertas el 20 de marzo para reabrirlas meses después, por lo que tampoco Kukulcán tuvo público.
Cabe señalar la difusión del fenómeno de la Serpiente Emplumada tiene uno de sus antecedentes en los años setenta del siglo pasado, gracias al artículo denominado Una hierofanía en Chichén Itzá del investigador francés Jacques Rivard, publicado en la revista Katunoob en 1971, de acuerdo al arqueólogo Alfredo Barrera Rubio.
“Pero no trascendió a nivel popular sino hasta que el especialista en antropología Luis Arochi anunció el fenómeno (en 1974)”, añadió el investigador del INAH-Yucatán.
El astrónomo yucateco, Eddie Salazar Gamboa, señaló que para construir el Castillo de Chichén Itzá –por el que desciende Kukulcán-, igual que otros edificios de la cultura maya, los arquitectos prehispánicos tomaron en cuenta la posición de los astros.
El simbolismo calendárico del Castillo se demuestra en los 91 escalones que hay en cada una de las alfardas que rematan con la plataforma final que está en la cúspide y que suman 365 días del año solar.
Sobre el descenso de Kukulcán en el equinoccio, que de acuerdo con los sacerdotes mayas llega para fertilizar la Tierra, «es una de las fechas importantes en el calendario mesoamericano, así como el 3 de mayo, que significa el inicio del período de lluvias».
El catedrático del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM) resaltó que no solo en la zona arqueológica de Chichén Itzá o Dzibilchaltún se registran fenómenos de luz y sombra, pues hay otros fenómenos similares en lugares «como Uxmal, El Palomar, Tulum, Oxkintok y algunos más de la Ruta Puuc».
La bajada de Kukulcán, considerada como una hierofanía -es decir, un acto de manifestación de lo sagrado-, causa interés en el mundo por el simbolismo en el calendario que se registra en Chichén Itzá, que desde 2007 fue designado una de las Siete Maravillas del mundo moderno, y atrae de 50 a mil a 79 mil visitantes.