El rincón cinéfilo

PorIP

Feb 2, 2021
  • Primeros pasos
Por Luis Carlos Sierra Avila

Cuando escuchamos la palabra cinéfilo/a, a la mente se nos viene la imagen de personas conocedoras y críticas de cine. También, como se encuentra en las redes sociales, los auto nombrados cinéfilos/as a veces resultan ser personas que pretenden apreciar el séptimo arte desechando las producciones que no se encuentran dentro de los parámetros que ellos consideran arte. Al buscar por la red me encontré con vídeos y blogs que hablan de cómo ser un gran cinéfilo; desde donde explican las características audiovisuales que se deben de contemplar al apreciar una película, los directores y movimientos que debes de conocer, hasta las películas que te deben de gustar. Prácticamente el paquete completo del “experto en el séptimo arte”.

Al observar esto no pude dejar de pensar en todos los memes e imágenes de gente pretenciosa que menosprecia films por ser el resultado de grandes producciones. No es raro que la gente tenga miedo de acercarse a nuevos linderos, por el temor de encontrarse con personas que piensan que el cine está destinado solo a algunos, a quienes pueden apreciar una película en blanco y negro, con tomas extensas de un personaje viendo a través de la ventana, observando una tormenta mientras reflexiona sobre su propia existencia, o bueno, eso parece hacer; los cuales suelen ser  asistentes constantes a escenarios independientes y alternativos del cine, menospreciando los blockbusters; son personas que llenan de referencias sus redes sociales sobre películas de Europa del Este y clásicos poco conocidos, burlándose de gente que disfruta de películas taquilleras.

Fuera de toda esa parafernalia que rodean los prejuicios del concepto “cinefilia”, la manera más simple de entender que es un cinéfilo/a es a través de la herramienta más básica que tenemos, el diccionario; para la RAE es ser “aficionado/a al cine”. Es así que las oportunidades de serlo se expanden a horizontes inimaginables, llenos de historias y producciones incomparables de múltiples formas; amantes del terror, cine de arte, cine de culto (en sus múltiples interpretaciones), cine de autor, cine pop, amantes del anime, de producciones de un país o de un género en específico, entre otros. Todos nos sentimos atraídos, de una o de otra manera, a un género o estilo que nos resulta gratificante. Por lo que no necesitas ser un gran conocedor, con un amplio bagaje del cine o conocer los detalles técnicos de las películas para poder ser un aficionado al cine o cierto género, y, por ende, ser cinéfilo/a.

Dicho esto, y a manera de introducción de esta columna, he buscado una manera de poder transmitir mi gusto y poder inspirar a más personas a adentrarse a un mundo que resulta tan inmenso como asombroso, donde las sorpresas nunca dejarán de aparecer.

Muchas personas guardamos en la memoria ese film que nos enamoró del séptimo arte, y aunque muchas veces nuestro gusto haya avanzado, evolucionado o simplemente cambiado, guardamos en el recuerdo, y con mucho cariño, esa película. Todas tenemos un film que nos capturó e introdujo a todo un universo de fantasía y referencias, que por momentos nos extrae de nuestra simple y monótona vida, y nos traslada a mundos repletos de aventuras y paisajes por descubrir.

Algunas hemos deseado ser jedis que pelean contra los separatistas para mantener el orden en la galaxia; o humanos, que codo a codo con elfos, enanos y hobbits, combaten contra las fuerzas oscuras por la supervivencia de la tierra media. Otros tantos viven amoríos dispuestos a mover cielo, mar y tierra para que su amor prevalezca. Hay los que se adentran en el cerebro de psicópatas para descubrir las intenciones qué hay en su mente. Las hay de todas formas y de todos colores.

Es maravilloso encontrar en este arte tanta variedad de referencias y gustos, lo que nos habla de la cantidad de oportunidades de descubrir otras expresiones que nos puedan atraer como lo fue ese primer amor. Tal vez ahora, algunas personas, ya han recorrido un largo camino, buscando e informándose sobre el amplio universo cinematográfico. Han recabado información y ciertos conocimientos que les facilitan comprender la intención de ciertos directos. Pero para quienes el cine sigue siendo un misterio, un mundo amplio y misterioso, espero poder ayudarlos con estos escritos a encontrarle un sentido a este bello arte.

Teniendo en cuenta lo anterior, he decidido escribir esta columna para compartir mi visión del cine, de cómo lo observo, y también, cómo me ha transformado. Mi intención no es criticar, analizar o enjuiciar películas dándoles una calificación o encasillandolas en buenas y malas; más bien hablar de los distintos elementos que se observan en el universo del cine para poder disfrutar más de nuestras películas favoritas, y porque no, para perder el miedo de adentrarnos a nuevos horizontes.

Para finalizar, y siendo algo que haré en los diferentes escritos, haré una recomendación, ya sean películas, blogs, videos, artículos o libros, de lo que creo pueda ayudar como referencia a lo expuesto en la columna. Esta semana la recomendación será de dos películas:

-Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore

-Dolemite is my name, de Craig Brewer.

Dos películas, de dos épocas y contextos diferentes, que nos hablan de lo que el cine puede hacer. Sin más que decir, nos vemos en la siguiente edición.

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