• Uno de los principales centros mayas del Clásico

CAMPECHE, México.- Arqueólogos de México y Alemania develarán los secretos de la ciudad maya Santa Rosa Xtampak, considerada, junto con Edzná, como el centro más significativo del Periodo Clásico Maya (entre 250 y 900 d. C.) en el centro de la Península de Yucatán.

Investigadores del Instituto Ibero-Americano (IAI) de Berlín y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Campeche tienen previsto comenzar este año las primeras excavaciones a gran escala que se realizarán en el sitio arqueológico que sigue cubierto en gran parte por la selva.

“Santa Rosa Xtampak es una ciudad importante. Lo sabemos por la cantidad y la calidad de sus vestigios prehispánicos. Es un sitio que tiene grandes edificios monumentales, estelas y se conoce poco”, señaló a EFE Antonio Benavides, arqueólogo e investigador principal del INAH.

Agregó que el desconocimiento estimula al equipo para saber cuál era su papel en la región y “cuáles son las relaciones con otros asentamientos contemporáneos”.

INMERSA EN LA SELVA

Santa Rosa Xtampak se encuentra a unos 100 kilómetros al este de la ciudad de Campeche, la capital del estado. Inmersa en la selva, se sitúa encima de una colina de unos 50 metros de altura.

Una ciudad cubierta de vegetación

En la cumbre, y cubierta de vegetación, está su centro monumental, que ocupa un espacio de unas 50 hectáreas. En él se encuentra uno de los edificios más destacados de la arquitectura maya: un palacio de tres pisos, 44 habitaciones abovedadas y dos escaleras de caracol interiores –lo que, según Benavides, es muy inusual en el mundo maya–.

Ubicados en el centro se pueden observar una serie de desniveles y edificios dispuestos de tal manera que forman patios y plazas.

“Aunque parezca que estén en desorden, todo tiene sentido, porque todo está orientado a los puntos cardinales”.

ANTONIO BENAVIDES, INVESTIGADOR DEL INAH

Recordó que los mayas construían sus edificios de modo que estuvieran orientados a los cuatro puntos cardinales y a cada punto le asignaban una deidad y un color.

De acuerdo a las exploraciones previas, la ciudad parecía tener una extensión aproximada de unos 10 kilómetros cuadrados.

“Hay que recordar que la sociedad maya fue siempre una pirámide, con una élite arriba, en la cúspide de la pirámide, que eran los que gobernaban y mantenían el control a través de la religión. Pero fuera de ese centro era donde vivía la gente común”, comentó el arqueólogo.

Se han tenido que talar árboles que dañaban los restos arquitectónicos

En Santa Rosa la vegetación es tan densa que ahora un visitante del yacimiento “puede incluso perderse si no se va por los senderos que están abiertos”, advirtió.

Iken Paap, arqueóloga del IAI, añadió desde Berlín, que se han tenido que talar árboles que dañaban los restos arquitectónicos y que, precisamente por la exuberante vegetación, no se sabe mucho de lo que hay fuera del centro monumental.

REVELARÁN SUS MISTERIOS

Como recuerdan los científicos que codirigen este nuevo estudio, hay muy poca información sobre la ciudad y su historia. “Lo poco que se conoce de la ciudad es ‘el cascarón’, lo que está fuera, lo que se ha conservado en ruinas”, señaló Benavides.

“Por eso ahí tenemos que excavar poco a poco para saber cuáles son los elementos que se fueron agregando a través del tiempo”.

ANTONIO BENAVIDES, DEL INAH

Reconoció que no se sabe qué relaciones tuvo la ciudad con otras de los alrededores, su origen preciso y cómo se desarrolló.

“De entrada hay que saber cuándo comenzaron; desde cuándo se formaron como asentamientos relevantes dominando sus alrededores y cuál es la secuencia de ocupación a través del tiempo”, explicó Benavides sobre las excavaciones previstas.

Paap aportó que para ello establecerán una cronología a partir de los estudios de la cerámica que se encuentre y realizarán un mapa completo del sitio, con el fin de saber “dónde estamos y dónde nos ubicamos” geográfica y cronológicamente.

Se excavarán calas estratigráficas extensas en varios sectores del asentamiento para tratar de averiguar cómo creció la ciudad.

Paap señaló que con el análisis del material cerámico y lítico, huesos y conchas que esperan encontrar se podrá datar, refinar lo que ya se sabe y determinar cuándo comenzó a existir.

El proyecto, patrocinado por la delegada del gobierno federal para la Cultura y los Medios y que se prevé dure un año en su primera etapa, tendrá un equipo de unas 15 o 20 personas.

“Será importante esperar a que exista un buen número de gente vacunada para que se pueda empezar a contratar”, reconoció Benavides sobre las restricciones a las que obliga el Covid-19.

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