• Por pandemia, la población ha dejado de acudir con el médico

Ante la pandemia del Covid-19, el problema de sobrepeso y obesidad en las zonas urbanas de Yucatán y de desnutrición en el medio rural se torna cada vez más grave y más que por el confinamiento las personas han dejado de acudir con especialistas para recibir el tratamiento adecuado y se han vuelto más sedentarias.

El problema es grave, ya que en los últimos años, en el Estado hay un considerable aumento de obesidad mórbida, enfermedad que provocada por el mal funcionamiento de órganos, y a mediano plazo, un incremento en el índice de mortalidad.

Mientras que la desnutrición, así como la anorexia y bulimia presentes principalmente en mujeres jóvenes, generan disminución en las defensas del sistema inmunológico, con la posible consecuencia de que su cuerpo presente un mayor número de infecciones, padecimientos o generar vulnerabilidad a complicaciones ante el virus SARS-CoV-2.

Por lo anterior, los especialistas exhortan a los padres de familia y público en general a estar atentos en caso de detectar comportamientos anormales en la forma de comer de sus hijos y familiares.

De acuerdo con un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), el problema de sobrepeso y obesidad que prevalece en la entidad se torna cada vez más complejo, ya que ahora afecta principalmente a las mujeres rurales, pues el sedentarismo se torna cada vez más común en las zonas no urbanas.

El fenómeno es cada vez más evidente en las mujeres de las comunidades del interior del Estado, de ahí la importancia de establecer programas para controlar la problemática.

La obesidad móbida es de prioritaria atención en el sector salud

Sobre la obesidad mórbida, dicho padecimiento es considerado como de prioritaria atención ante las secuelas que ocasionarían la muerte del individuo, ya sea por infartos a temprana edad, así como embolias, e incluso, la perdida de extremidades ante las secuelas de la diabetes, principalmente.

Incluso, la distribución de la masa grasa en el cuerpo puede predecir la aparición de padecimientos como la enfermedad arterial coronaria y la diabetes mellitus tipo II, lo que convierte a las personas en vulnerables ante un contagio del coronavirus.

En la República Mexicana se registraron 377 mil 106 casos diagnosticados de obesidad, con una disminución del 43.7 por ciento, pues durante el año pasado fueron 669 mil 444.

De acuerdo con la tabla de incidencia, Yucatán está en lugar 18, con el 2.1 por ciento del total nacional; Quintana Roo está en sitio 14, el 2.9 por ciento, y Campeche, en el peldaño 32, con el 0.7 porcentual.

A lo largo del 2020, se atendieron a 233 mil 964 mujeres con obesidad, el 62 por ciento, y 143 mil 142 hombres, el 38, en tanto que en Yucatán fueron cuatro mil 881 féminas, el 62.7 por ciento y dos mil 901, el 37.3 porcentual.

La mayor incidencia se registró en la Ciudad de México, con 37 mil 798 casos, el 10 por ciento, seguido del Estado de México, con 37 mil 574, el 9.9 por ciento.

ANOREXIA Y BULIMIA

Respecto a la anorexia y bulimia, el titular de la Jefatura de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Alonso Sansores Río, explicó que ambas se caracterizan por el temor a un aumento de peso, sin embargo, la principal diferencia entre ellas, es que las personas con anorexia tienen una pérdida significativa de peso al limitar o dejar de comer alimentos que consideran de alto valor calórico.

Por el contrario, quienes presentan bulimia suelen consumir por lapsos cortos grandes cantidades de comida y para contrarrestar el aumento de peso optan por inducirse el vómito, o bien por el abuso de laxantes.

Ante la pandemia, el estar encerrados en casa y con más contactos con redes sociales, en las que puede haber apología a algunas conductas de riesgo, estos trastornos van en aumento en el estado y el país. Sin embargo, con el confinamiento con las familias es más fácil detectar algunas conductas nocivas, pero algunos TCA, sobre todo la bulimia, son invisibles durante un tiempo. Las personas lo hacen a escondidas y no se detecta, señala el especialista. 

El confinamiento ha hecho que muchas chicas pasen más tiempo en las redes sociales. Han seguido a gente para ver cómo alimentarse adecuadamente o cómo hacer ejercicio. Todo esto ha hecho que se hayan obsesionado aún más y haya aumentado estos trastornos. Se habla mucho del cuerpo.

Estos padecimientos se presentan con mayor frecuencia en personas de 12 a 25 años de edad y tienen mayor prevalencia en mujeres. Su origen puede ser biológico, psicológico, familiar y sociocultural y afectan a cualquier persona, sin distinción de situación socioeconómica.

La anorexia es un problema aún leve en la Península de Yucatán

Este padecimiento aún es leve en la Península de Yucatán, pues los tres estados que la conforman estuvieron entre las siete entidades federativas menos impactadas, e incluso se registró un decremento del 54.1 por ciento.

En Yucatán, durante el año pasado fueron 21 casos, cifra que fue equivalente con Aguascalientes y Querétaro, pero en el caso específico del Estado, el decremento del 30 por ciento, ya que en 2019 fueron 49 los diagnosticados.

Mientras que en Campeche, la disminución fue del 61.5 por ciento, al pasar de 13 a cinco casos, mientras que en Quintana Roo, la reducción fue del 69.1 porcentual, con 13 el año recién concluir, cuando en el anterior fueron 42.

Campeche ocupó el primer lugar de la tabla nacional de menor incidencia, con el 0.26 por ciento del total del país, Quintana Roo, está en el quinto sitio, con el 0.68 por ciento, y Yucatán en el séptimo peldaño, el 1.1 porcentual.

Chihuahua es la entidad con mayor incidencia, con 278 casos, el 14.6 por ciento, seguido del Estado de México, con 171, el nueve porcentual.

En cuanto al género, en el país, dichos trastornos fueron diagnosticados a mil 283 mujeres, el 67.5 por ciento, y 617 hombres, el 32.6 por ciento, mientras que en Yucatán fueron 11 féminas, el 52.4 por ciento, y 10 varones, el 47.6 porcentual.

DESNUTRICIÓN

El Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” establece que en el sureste del país prevalece la desnutrición crónica infantil debido al uso de paliativos en lugar de estrategias encaminadas para disminuir el problema que afecta a muchos niños, principalmente, yucatecos.

Según el estudio, el consumo de productos enriquecidos con vitaminas reduciría el problema, sin embargo su exceso afecta notablemente la salud de las personas.

La desnutrición persiste en el medio rural, sobre todo en el Sur-sureste del país, debido a razones estructurales como miseria, dispersión y falta de higiene, entre otras cosas.

Este grave problema que afecta a las comunidades indígenas “requiere soluciones complicadas que ningún programa puede ofrecer”.

Las medidas –continuó el estudio- para aliviar el problema, como la adición de alimentos, están diseñadas para romper el círculo vicioso entre la desnutrición y sus causas, pero no es la solución de fondo.

Los productos adicionados con vitaminas pueden ser una herramienta preventiva, una medida inicial de emergencia y un componente de programas de nutrición.

Sin embargo, si se ingieren con la frecuencia y cantidad innecesarias o cuando el nutrimento no se requiere, puede haber exceso y ocasionar daños como deterioro sensorial y desestabilización química.

Yucatán es la entidad de la Península con mayor número de casos de desnutrición

En la Península, el mayor número de casos fue en Yucatán, con 738 individuos, con una disminución del 70.5 por ciento, cuando en el año anterior fueron dos mil 505. Mientras que en Quintana Roo fueron 516, con una reducción del 52.2 por ciento, ya que en 2019 fueron mil 80, y en Campeche, el decremento fue del 50.7 porcentual, al pasar de 665 a 328 casos.

Yucatán ocupó el séptimo lugar de la tabla nacional de incidencia en desnutrición, con el 1.8 por ciento del total de casos confirmados en el país, en Quintana Roo fue del 1.3 por ciento, y Campeche, con el 0.81 porcentual.

En cuanto el género, en el país fueron 21 mil 819 mujeres con desnutrición, el 53.8 por ciento, y 18 mil 747 hombres, el 46.2 por ciento, y en el caso de Yucatán, fueron 418 féminas, el 56.8 por ciento, y 319 varones, el 43.2 porcentual.

Sansores Río indicó que las personas que sufren de un TCA necesitan ayuda profesional, y el tratamiento temprano aumenta las probabilidades de recuperación física y emocional.

DISMINUYEN CONSULTAS

Sin embargo, por la pandemia la población ha dejado de acudir con los especialistas, lo que generó que la atención de personas por Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), que van desde obesidad hasta desnutrición, así como anorexia, bulimia y otros problemas de la nutrición, disminuyere en un 60 por ciento.

Durante el año pasado, el índice de los trastornos de la nutrición atendidos en la Península de Yucatán disminuyó en 45 por ciento, al establecer que el problema afectó más a las mujeres, con tres de cada cinco casos, en comparación con los hombres.

Este problema se registra en todo el país, al tener los mismos datos. Los especialistas remarcan que este notable decremento se debió a la contingencia de Covid-19, dado que muchas personas optaron por no acudir a las clínicas y hospitales con tal de no contagiarse, por lo que sólo se atendieron los casos más notables y graves.

Sansores Río destacó la importancia de identificar Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), entre los que se encuentran la anorexia y la bulimia, para proteger la salud integral de la población y exhortó a los padres de familia y público en general a estar atentos en caso de detectar comportamientos anormales en la forma de comer de sus hijos y familiares.

Indicó que estos trastornos también pueden generar: resequedad en la piel, uñas quebradizas, caída del cabello, pérdida de los periodos menstruales, deshidratación, anemia, malnutrición, alteraciones del ritmo del corazón (arritmias), convulsiones e incluso poner en riesgo la vida, de no recibir atención de especialistas.

A pesar de la disminución en las consultas, Yucatán se mantiene entre las nueve entidades federativas con mayor incidencia en desnutrición, en obesidad está ligeramente por debajo del promedio nacional, pero está entre los siete estados con menor impacto por la anorexia y la bulimia.

Durante 2020, en el país se diagnosticaron 419 mil 572 casos de trastornos de la nutrición, cifra que es 45.1 por ciento inferior a la registrada el año anterior, cuando la cifra fue 763 mil 933 casos.

Mientras que en la Península fueron 22 mil 822 personas, el 5.4 por ciento del total nacional, con una disminución del 44.5 con respecto al año pasado, cuando la suma fue de 41 mil 104 casos.

Campeche es la entidad menos impactada, con dos mil 955 personas, con una disminución del 52.8 por ciento, mientras que en Quintana Roo fueron 11 mil 326 casos, con un decremento del 17.5 por ciento, y Yucatán, con ocho mil 541, y una reducción del 59.5 porcentual.

El total de casos diagnosticados en Campeche representó el 0.7 por ciento del total nacional, para Quintana Roo representó el 2.7 por ciento, y para Yucatán, el dos porcentual.

En la República Mexicana fueron 257 mil 66 mujeres, el 61.3 por ciento, y 162 mil 506 hombres, el 38.7 por ciento, mientras que en la Península fueron 13 mil 654 féminas, el 59.8 por ciento, y nueve mil 168 varones, el 40.2 porcentual.

Deja un comentario